“Madrugar, colegio, deberes, extraescolar, visitas, ducha, parque…” este es el día a día que viven muchas de nuestras familias, y es que 24 horas para un día a veces se quedan cortas para tantas cosas que tenemos que realizar. Esto hace que dediquemos menos tiempo a cosas que aunque creamos que son insignificantes realmente son importantes. ¿De qué te estamos hablando? De la alimentación.
Ya es muy habitual escuchar en nuestra consulta a familias de niños/as con 6 años que nos dicen: “Por la mañana toma biberón porque es más rápido y podemos llegar a tiempo al colegio“, “Le trituro la comida con el pasapuré para que lo coma más deprisa“.
¿Por qué no le damos más tiempo a la comida?, ¿A caso no es un momento de disfrute y de compartir espacio y mesa con nuestra familia? Esto hace que cada vez sea más habitual la comida procesada, triturada y cuanto más fácil de consumir mejor. Vivimos en una sociedad en la que prima lo inmediato, tan inmediato que engullimos en vez de masticar. ¿Qué repercusiones puede tener para nuestro cuerpo no masticar? Aunque no lo creas muchas y te aseguramos que ninguna beneficiosa. Por eso esta semana y coincidiendo con el Día Mundial de la alimentación, te traemos este artículo donde te damos 4 razones por las que debes parar, tomarte unos minutos de relax y dedicarle tiempo a masticar.
- Correcto desarrollo craneoencefálico y fortalecimiento musculatura. Como siempre te decimos, a partir de los 5 – 6 meses tu hijo/a ya puede empezar a masticar alimentos semisólidos, el propio proceso de masticado, repercute de forma beneficiosa en el correcto desarrollo de lengua, labios, dientes, paladar, maxilares y musculatura. El hecho de que pasen los meses y sigas alimentando a tu hijo con purés y biberones que limitan el proceso de masticación puede provocar alteraciones en la mordida de tu hijo, porque la lengua se posicione de forma errónea entre los dientes superiores e inferiores, así como problemas de desarrollo de la mandíbula y maxilar superior o dificultades secundarias en otras funciones como en la respiración, realizándose de forma oral por la boca.
- Evita atragantamientos: la mayoría de los atragantamiento infantiles se dan por comer alimentos peligrosos, como uvas, frutos secos, cerezas, etc. Y por engullir, es decir no realizar una correcta masticación que triture por completo el alimento. Culpa muchas veces de ello es dejar a nuestros hijos/as comer delante de la televisión o de un aparato electrónico, dado que pierden la atención, se distraen y no realizan una correcta masticación, engullendo los alimentos y aumentando el riesgo a que se produzca un atragantamiento.
- Mejora la digestión: el simple hecho de masticar beneficia también nuestra digestión, la razón es bien sencilla, cuando masticamos bien los alimentos ahorramos tiempo a nuestro sistema digestivo, evitando problemas de indigestión, gases, dolor estomacal, y tránsito intestinal lento.
- Favorece la saciedad: masticar bien los alimentos hace que nos saciemos sin la necesidad de ingerir grandes cantidades de comida. Ya que cuanto más tiempo tardemos en tragar un alimento que tenemos en la boca, antes nos saciamos. Nuestro cerebro tarda unos 20 minutos para registrar la sensación de saciedad.
Así que tras leer este artículo ya no tienes excusa para empezar las meriendas de tu hijo/a con un buen bocadillo de pan. Si tienes alguna duda o quieres contarnos tu experiencia, mándanos un comentario más abajo o en nuestras redes sociales.