Trucos para gestionar el miedo infantil
En el artículo de hoy vamos a hablar sobre el miedo y Trucos para gestionar el miedo infantil. En concreto, vamos a profundizar en cómo nuestro cerebro crea esta emoción y qué respuestas produce ante él. Si quieres conocer más sobre cómo funciona tu mente ¡sigue leyendo!
¿Qué es el miedo?
El miedo es una de las emociones básicas que presentamos desde el principio de nuestra existencia. Gracias a esta emoción hemos sobrevivido a infinidad de peligros a lo largo de todas las etapas del ser humano. Por ejemplo, si no hubieran tenido miedo nuestros antepasados habrían sido devorados por algún depredador ya que no habrían puesto en marcha estrategias para enfrentarse a ellos. A lo largo de la evolución, el sistema del miedo a nivel cerebral no ha sufrido muchos cambios.
Hay que destacar que todas las personas sentimos miedo en algún momento de nuestra vida. Es imposible vivir sin miedo, ya que, si esto ocurriera nos expondríamos a situaciones peligrosas que podrían traernos consecuencias muy negativas. Lo que si hacemos de forma diferente es responder ante este miedo. Hay personas que tienen más estrategias para hacer frente a aquellas cosas que generan normalmente temor.
La emoción de miedo aparece cuando percibimos que la amenaza es mayor que los recursos que yo creo que tengo para hacerle frente. En el miedo patológico lo que suele pasar es que sobrestimamos la amenaza y subestimamos la capacidad para enfrentarla.
Si quieres saber sobre miedos como la fobia a la oscuridad, te recomendamos que leas los siguientes artículos Enfrentarse al Miedo a la oscuridad o nuestros casos reales como Finales Felices:;Sigo teniendo miedos, ahora los veo de una manera diferente o Finales Felices: Pasé de tener miedo a confiar más en mí misma
¿Cuál es el circuito del miedo en el cerebro?
La emoción del miedo comienza en el cerebro, activándose el circuito cerebral del miedo, que, a su vez, activa el resto del cuerpo para producir una respuesta a aquello que nos ha producido temor. Esta respuesta es la que se ha denominado respuesta de lucha-huida y es la misma que aparece, por ejemplo, en una situación de ansiedad.
Pero, ¿cuál es ese circuito cerebral del miedo? Lo primero que hay que tienes que saber es que el cerebro no funciona de forma concreta si no global. Es decir, cuando realizamos una acción no se activa sólo una parte del cerebro si no que se activan muchas áreas conectadas entre sí.
La amígdala
En el miedo, lo primero que se produce es la recepción de un estímulo (un ruido, una sombra, un animal) a través de los sentidos el cual es procesado por el cerebro y analizado por una pequeña estructura en forma de almendra que se llama amígdala.
La amígdala se sitúa en el centro del cerebro y es el centro del miedo, entre otras emociones. La función de esta estructura en examinar estos estímulos para buscar amenazas, comparándolo con toda la información que tenemos almacenada de otras experiencias y que se guarda en el hipocampo (el centro de la memoria).
El hipotálamo
Una vez que la amígdala reconoce un estímulo como peligroso nos avisa, manda una señal al hipotálamo. El hipotálamo se encarga del control visceral, con lo cual es el que activará todos los sistemas de nuestro cuerpo para dar una respuesta a través de la liberación de unas sustancias llamadas neurotransmisores y de determinadas hormonas como el cortisol (la hormona del estrés).
Es el responsable de que el corazón se acelere para bombear más sangre a las extremidades y poder luchar o huir, de que las pupilas se dilatan para focalizar la atención en lo que tenemos delante, de que se ralenticen funciones que no son imprescindibles en ese momento, etc.
La corteza prefrontal
Por último, otra estructura muy importante en este circuito es la corteza prefrontal. Es la parte del cerebro más externa y que se sitúa debajo de la frente. Es la parte de nuestro cerebro que se desarrolla de forma más tardía y también la que nos permite realizar algunas de las acciones más complejas como tomar decisiones, resolver problemas, predecir consecuencias, inhibir conductas, etc. En la respuesta al miedo en el cerebro, la corteza prefrontal se encarga de valorar las opciones y decidir qué opción nos va a resultar más beneficiosa para enfrentarnos a lo que tenemos delante. Por ejemplo, va a decidir que corramos en dirección opuesta si vemos a un animal que viene a por nosotros. Gracias a ella lograremos dar una respuesta menos “automática” y más racional.
¿Por qué tenemos más o menos tiempo según la etapa evolutiva en la que nos encontremos?
En los niños, el hipocampo y la corteza prefrontal aún no están completamente maduros con lo que no cuentan con las habilidades para poder desconectar esa alarma que se enciende cuando perciben algo que les produce miedo.
En la adolescencia hay una sobreactivación en el hipocampo y la amígdala y falta de desarrollo aun en la corteza prefrontal, por lo que viven las amenazas con más intensidad y frecuencia, pero no tienen las estrategias para enfrentarse a ello ni son capaces de tomar siempre decisiones adecuadas o predecir consecuencias negativas de sus actos.
Los adultos ya contamos con todas las estructuras plenamente en forma y hemos desarrollado estrategias y habilidades para desactivar esa reacción de alarma.
Así que es normal que los más pequeños tengan más miedos y no sepan cómo afrontarlos, es nuestra tarea ayudarles a conseguir esas habilidades para enfrentarse a sus miedos y salir victoriosos.
5 consejos para ayudar a tus hijos/as cuando tiene miedo
No reñirles ni ridiculizar sus miedos
No elegimos a qué tener miedo ni con qué intensidad sentirlo, con lo que no debemos culpabilizar a nuestro hijo por tener esta emoción. Cuando nuestro hijo nos expresa un miedo debemos poner todo nuestro empeño en ayudarle. Hablar con el sobre qué miedos tenemos nosotros o algunas personas cercanas le hará sentirse comprendido y apoyado.
Buscar estrategias que le hagan sentirse más seguro
Podéis aprender a respirar profundo, pensar en cosas agradables o darse autoinstrucciones para recordarnos que estamos a salvo. Si lo practicamos juntos le resultará mucho más divertido y le demostraremos que estamos con ellos en esto.
Trata el tema del miedo de forma lúdica
Hay infinidad de cuentos, manualidades y dinámicas que puedes hacer con tu hijo para que se sienta más fuerte frente a su miedo. Algunos cuentos interesantes son: “Monstruosa sorpresa”, “Super-Elo no tiene miedo a la oscuridad”, “Cuando tengo miedo” o “El perro negro”.
No le hagas evitar lo que teme
Cuando evitamos lo que nos da miedo tenemos un alivio temporal, pero a la larga podemos estar cronificando y agravando el problema. Si tu hijo tiene miedo a los perros, no cambies de acera ni le hagas apartarse cada vez que ve a un perro, anímale a seguir su camino, apoyándole y poniendo en práctica las estrategias aprendidas.
Acude a un profesional
Si el miedo es muy intenso, le genera mucho malestar, interfiere mucho en su vida diaria o no sabes si es normal para su edad, puedes acudir a un profesional que te guiará en cómo debemos abordar este tema con tu hijo.
¿Tienes alguna pregunta sobre cómo se genera el miedo en el cerebro? ¿te gustaría saber más? Te leo en comentarios.