Hoy vamos a hablar sobre el sistema límbico, también conocido por muchos autores como “el cerebro emocional” por su papel en las reacciones emocionales, sin embargo, este término parece quedarse corto para describirlo, puesto que el sistema límbico está implicado en muchos más procesos fundamentales para desenvolvernos en el día a día de nuestro entorno.
Antes de nada, merece la pena mencionar que, a diferencia de otras áreas del cerebro de las que hemos hablado anteriormente en nuestro blog y que están bien delimitadas, el sistema límbico no es una región concreta del cerebro con límites claros, sino un conjunto de estructuras intensamente conectadas entre sí y con otras partes del encéfalo a través de una impresionante red neuronal.
Estructuras y procesos del sistema límbico
A continuación os explicaré cuáles de estas estructuras son las más importantes y en qué procesos están involucradas:
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La amígdala, situada en el lóbulo temporal del cerebro, evalúa los estímulos que recibimos a través de los sentidos y les atribuye un significado emocional. Tiene mucho que ver con las respuestas emocionales de miedo, agresión o placer. Participa en la formación de recuerdos emocionales junto con el hipocampo y gracias a su conexión con la corteza prefrontal, permite la toma de decisiones que facilita la respuesta de lucha o huida basada en experiencias previas.
-El hipocampo, también situado en el lóbulo temporal, juega un papel muy relevante en la memoria y el aprendizaje, al permitirnos memorizar y recordar experiencias vividas así como las emociones experimentadas entonces, esto nos permite por ejemplo dar una respuesta de estrés adecuada.
-El hipotálamo, se encuentra en la base del cerebro y es el encargado de regular las funciones vitales básicas como el hambre, la sed, el sueño, también el comportamiento sexual, el control hormonal y participa en la integración de los estímulos del entorno con la reacción emocional, la respuesta motora y del sistema nervioso autónomo (a través del control de la respiración, el ritmo cardíaco…) que prepara al organismo para actuar de la forma más adaptativa posible y mantener el equilibrio interno (homeostasis).
-El giro cingulado, en la corteza cerebral, conecta la información emocional y la cognitiva, favoreciendo la autorregulación emocional y la empatía, lo que nos permite manejar los conflictos de forma más eficaz, regulando la respuesta emocional en las distintas situaciones.
-La corteza orbitofrontal, en el lóbulo prefrontal, una de sus principales funciones consiste en mediar entre el “impulso emocional” y la toma de decisiones, lo que nos permite tener un comportamiento socialmente adecuado y adaptativo.
Como vemos, la interconexión entre las distintas estructuras que conforman el sistema límbico hace que podamos percibir, procesar y aprender de las experiencias que vivimos para poder responder a nivel emocional y conductual a nuestro entorno de la forma más adecuada posible, permitiéndonos ser flexibles y adaptarnos a las circunstancias, lo que en muchas ocasiones puede ser imprescindible para nuestra supervivencia y en ocasiones menos extremas, para vivir de forma más plena.
Si quieres saber más sobre el cerebro, te recomendamos los siguientes artículos El lóbulo frontal: ¿Cuáles son sus funciones en el cerebro de mi hijo?, ¿Para qué sirve el lóbulo parietal? o Por qué escucho mejor la música con el oído izquierdo y otras funciones del Lóbulo Temporal
En conclusión, el sistema límbico es un complejo entramado que va más allá de ser simplemente “el cerebro emocional”, ya que su influencia abarca desde la regulación de nuestras respuestas vitales hasta la forma en que interactuamos con el mundo que nos rodea.
Ahora que conoces un poco más sobre su funcionamiento, ¿cómo crees que tus propias experiencias emocionales han moldeado tus decisiones y comportamientos en la vida diaria? ¡Te invitamos a compartir tus reflexiones y experiencias en los comentarios!
