Un divorcio es más que ver como las dos personas que quieres dejan de vivir juntas ,es la incertidumbre de esas idas y venidas, el ver sufrir a sus padres, la tensión que se genera desde que surgen los primeros roces hasta que finalmente decides hacerlo oficial y decírselo a él. Un divorcio puede tener más carga de estrés en función de cómo los padres manejen esa situación. Por eso, en el artículo de hoy te orientamos sobre cómo les puede afectar a ellos y que consecuencias positivas o negativas puede tener la nueva situación y cómo suavizarlas. La pregunta que un padre o una madre se hace cuando decide divorciarse es el impacto que eso tendrá en sus hijos, si sufrirá o no, si es mejor a unas edades u otras…Sufrir van a sufrir todos, aunque las manifestaciones en una y otra edad serán diferentes: Los bebés no van a entender lo que está pasando, sin embargo, a medida que van creciendo, van entendiendo lo que significa (entorno a los 4-5 años puede que antes según su desarrollo), comenzarán a aparecer los síntomas que quizás no aparecieron antes y se hacen más evidentes las rabietas, estar tristes… Evidentemente en la preadolescencia o adolescencia (11-17 años), la noticia se tomará de forma más consciente ya que habrán vivido todo el proceso o conocerán casos de otros niños, aunque la rabia y la tristeza seguirán siendo comunes desde que se dan cuentan de lo que significa el divorcio.

• – ¿Qué consecuencias negativas puede tener el divorcio en un hijo?

Por supuesto, sus reacciones serán diferentes en función de cómo lo enfoques en casa y cómo respondas a las preguntas que plantean en casa. Es normal, que tras saber la noticia surja el desconcierto y quizás la negación, como podría surgir ante un proceso de duelo. Acompañado de ese primer shock inicial  y  dándonos cuenta que cada niño también es diferente, por lo general, las consecuencias negativas que puede experimentar si no se maneja bien un divorcio es:

• Miedo e inseguridad: En este caso, el temor es a perder todo lo que conocían sobre su familia, dudan del amor de sus padres o la culpa por si pudieron hacer algo para evitarlo. De más mayores, puede tener una visión más negativa de si existe un amor para toda la vida.

Para tratar de neutralizarlo debes trabajar en casa desde el inicio de rutinas nuevas, darle confianza en el amor que sientes por él/ella y reforzar la idea de que cada relación es distinta y que él/ella no es igual que vosotros.

• Frustración e ira: Muchas veces queremos proteger al niño o no sabemos que decir y preferimos decir medias verdades o directamente ahorrarle esa primera conversación mintiéndoles. Por ejemplo, “tu padre está de viaje, mamá está cuidando a un familiar, ha ido a visitar a una amiga, está trabajando mucho… “. Todo ello, hará que se enfade bien con el que le ha mentido o con ambos y no es extraño que empiece a no aceptar las normas en casa y muestre una conducta rebelde y se originen problemas de conducta. No es que tu hijo se haya vuelto malo, es que no sabe cómo hablar de lo que es tabú en casa y como no le gusta lo que está sucediendo esa es su forma de expresarlo y canalizar el dolor que siente.

En este sentido, la clave es mantenerte comprensivo, acercarte a hablar y que logre canalizar su ira de otra forma más positiva.

• Tristeza y baja autoestima:  Fingir que no pasa nada, no poder llorar con libertad sin que nadie les pregunte, hacer que prefieran aislarse de los demás. No les apetece hacer nada y pueden abandonar ciertos hobbies con tal de pasar más tiempo procesando su nueva vida.

Para tratar de que esa tristeza no vaya a más, permítele que tenga espacios tanto para expresarla cómo para no hacerlo. Por mucho que insistas o que quieras verle feliz, si no lo siente, deberías respetarlo. Aunque estaría bien que no abandonara aquello que consigue que esté alegre.

• Regresión: No es de extrañar que algunos niños puedan volver a vuelven a un estado anterior o lo somaticen. Por ejemplo, se hacen pis en la cama cuando nunca se lo hacían, duermen mal o quieren dormir contigo, les duele el estomago sin una causa física aparente…

En estos casos, trata de ser paciente y tratarlo con normalidad.

• – ¿Qué consecuencias positivas puede tener el divorcio en un hijo?

Sin embargo si sigues las pautas que te propusimos en  5 pautas para tener en cuenta en un divorcio y 4 conductas prohibidas en un divorcio con hijos, conseguirás que esa situación esté a su favor.Si al final se consigue un entorno seguro y estabilidad entre ambos progenitores, es decir, si eres capaz de establecer pautas educativas en común y llevar una relación de respeto. Conseguirás, entre otras consecuencias positivas:

• Reducir la ansiedad de la tensión inicial en la que no sabía que iba a suceder o en el que os veía discutir.

• Mejorar relaciones con los padres: En algunos casos, también hemos visto en el estudio como un divorcio puede conseguir mejorar la relación con uno de sus progenitores, ya que pasan de estar con los dos a pasar ratos individuales con sus padres, así que la calidad y el tiempo mejora y el diálogo se ve reforzado.

• Aprender a aceptar el dolor y poder hablar de ello con sus padres, consolidando aún más la complicidad y confianza que tienen en ellos. Lo que les va a permitir que entiendan que no hay que esconder sus emociones y pueden llegar a comprender mejor que le pasa.

• Desarrolla un mayor sentido de la responsabilidad: En este sentido se puede ver de forma positiva porque tratará de implicarse más en las tareas y ayudar a la persona con la que está, involucrándose más. Aunque ojo con esta consecuencia porque puede llegar a pensar que él/ella te tiene que proteger a ti o ocupar el espacio de tu pareja. No olvides que él sigue siendo un/a niño/a.

Ahora nos encantaría saber tu opinión, ¿conoces a alguna persona que esté pasando por un proceso similar? Si tuvieras que recomendar a alguien que está pasando por un divorcio ¿qué consejo te sirvió más a ti? ¿qué dudas eran las que tenías? ¿Qué es lo más importante en un divorcio con hijos? Mil gracias por compartir la información a todos y los comentarios que nos mandáis día a día.]]>