horas delante de un libro no funciona, quizás ha llegado el tiempo de valorar otras opciones. A la familia de hoy les costó tomar la decisión, primero porque quizás pensaban que acudir a un psicólogo fuera demasiado extremo. Muchas veces seguimos teniendo en nuestra cabeza la idea de un psicólogo como un profesional al que debes de acudir si lo estás pasando realmente mal, pero ¿crees que el protagonista de hoy no lo necesitaba? Él mismo se veía como un triturador de pensamientos positivos cuando llegaba a un examen y no confiaba en sí mismo (aunque de puertas hacia fuera era muy querido y estaba perfectamente integrado). Muchas veces tu entorno puede ser perfecto y tú sentirte mal, porque con el que tienes que encajar es contigo mismo. Por regla general, si tú estás mal se refleja en los estudios, tal y como le estaba pasando a él. Conforme avanzaba de curso, la tensión iba en aumento y le costaba manejar su ansiedad. Ser adolescente no es nada fácil y más si te pilla con una autoestima baja. No damos importancia lo que puede llegar a significar la falta de confianza en un joven como el protagonista de hoy. Hay dos tipos de familias, las que están convencidas de que hay un problema y las que esperan que lo que están viviendo sea un problema para darle una explicación al comportamiento irascible en casa, el pasotismo y las malas notas. La familia de hoy pertenecía a este segundo grupo. Su hijo estaba teniendo un bajo rendimiento académico desde que dejaron de estudiar tanto con él. Con 15 años y seguían estudiando con él ¿te suena? Es el pan de cada día del estudio y de la sociedad en la que vivimos. Los padres nunca ven la hora para dejar “volar” a sus hijos por miedo a que la caída sea demasiado dura. Así que durante unos meses preparamos concienzudamente a nuestro prota y su familia aprendieron a poner y cumplir normas, establecer ciertas pautas comunes, a tener pensamientos más optimistas y ganar más motivación con técnicas de estudio y de organización. ¿Quieres saber el resultado? Sin más te dejo con ellos…. “Mi hijo se preocupaba mucho, sobre todo cuando llegaba a los exámenes. Nunca lo habló con nosotros porque él no cuenta nada, pero eso no significaba que no lo pensara, yo sé que lo hacía. Para él dar el paso de ir a una psicóloga fue difícil, por más que le decíamos que no pasaba nada por ir. Sin embargo, el venir a Ayudarte hizo que se diera cuenta que no era tan raro. Al contrario, lo de ver que lo que uno piensa, siente y expresa no solo le pasa a uno, sino que era como todos, le sirvió mucho para entender que lo que pasa es que hay personas que necesitan ir a que les ayuden con sus pensamientos y otros simplemente a darlos a conocer a alguien. En nuestro caso pensábamos que la situación estaba controlada en un momento de descontrol, pero cuando el entorno te dice que no es así, llega el momento de tomar decisiones. Nos sentíamos con tanto miedo de hacerlo todo mal que nos preocupaba fastidiarlo todo mucho más. Yo llegaba un momento que me estaba volviendo loca y necesitaba de alguien que me ayudara a ver las cosas de otra manera y no tan a la tremenda. Además, no sabía cómo actuar, si lo que estaba haciendo era para rematar más la situación o, por el contrario, algo, aunque fuera poco, estaba haciendo bien. Después de terminar las sesiones, veo que ahora tengo menos miedo a la situación, la afronto de otra manera y la verdad es que mi hijo está algo más tranquilo, mi teoría es porque debió de ver que todo lo que se le puede pasar por esa cabeza no son cosas tan especiales y creo que para un chaval eso es muy elemental. Veo la importancia de haber ido a Ayudarte y para mí, Nuria fue de mucha ayuda porque lo primero es que yo también sentí que alguien me entendía y no iba a estar sola a la hora de tomar las decisiones para actuar. Y encima lo bueno de ir allí es que Nuria te escucha, te comprende y además ¡te ayuda! Durante las sesiones me sentía protegida y comprendida…. La situación de ir con Nuria es como tu madre cuando eres pequeña y te decía un montón de cosas y tú no la hacías ni caso, pero en el fondo sabes que siempre está ahí y con el tiempo te acuerdas cuando lo estás haciendo mal para tratar de corregirlo porque ahora cuentas con las herramientas para gestionar las diferentes situaciones que nos vamos encontrando diariamente con nuestros hijos y pareja. Por eso, a día de hoy siempre tengo a Nuria en mi cabeza y yo a mi hijo siempre le digo que se acuerde de lo que habló allí y de lo que hizo para que lo tenga de enseñanza, así que no veo que sea un final. Digamos que nos va mejor, aunque todavía metemos un poco la pata y si por mí fuera seguiríamos allí. Sin embargo, tengo que reconocer que sí que es verdad que nos ha ido muy bien a todos y por eso recomendamos enseguida Ayudarte porque pensamos que las situaciones y las emociones no son únicas, la orientación de un profesional como Nuria ante los diferentes escenarios que nos podamos encontrar ayudan mucho.” Muchas gracias por estas palabras tan bonitas que habéis dedicado al estudio y a mí, la verdad es que cada familia es única y da gusto trabajar al lado de personas tan implicadas durante todo el proceso. Ahora ha llegado ese momento en el que nos pones un comentario, nos felicitas las fiestas o compartes en tus redes sociales este artículo. Todo suma para concienciar a las personas de lo necesario que puede ser acudir a un especialista cuando tienes un problema.]]>