¿Tu hijo tiene una mala relación con la comida? ¿Come de forma compulsiva? ¿le preocupa en exceso su imagen física? ¿cuenta las calorías que ingiere? Estos factores no son los únicos que deberías tener en cuenta para hablar de un trastorno de alimentación. Los Trastornos de alimentación son trastornos multidimensionales que se generan por factores muy variados desde fisiológicos hasta cognitivo/emocionales. Además, el estilo de vida sedentario, el desconocimiento por cómo llevar una alimentación saludable, el núcleo familiar o la sociedad también tienen un peso importante. ¿O no te has dado cuenta cómo los cánones de belleza es  alcanzar una imagen corporal delgada y una imagen de equilibrio emocional como expresión de éxito y poder?

Te cuento todo en el siguiente vídeo sobre un trastorno de alimentación:

 

¿Qué es un trastorno de alimentación?

Los trastornos de alimentación, han recibido varios nombres. Actualmente, dentro del DSM V se denominan “Trastornos de la conducta alimentaria y de la ingesta de alimentos”. Dentro de los trastornos de conducta alimentaria y de la ingesta de alimentos podemos encontrar:

tipos de trastornos alimenticios

  • Anorexia Nerviosa (restricción de la ingesta por miedo intenso ganar peso o a engordar y por una alteración en la forma que uno mismo percibe su propio peso o constitución)
  • Bulimia Nerviosa (episodios recurrentes de atracones de comida y comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso y todo esto sucede durante al menos una vez a la semana durante tres meses)
  • Trastorno por atracones (atracones varios)
  • Pica (ingestión de sustancias nutritivas y no alimentarias como por ejemplo, piedras o tizas)
  • Trastorno de rumiación (regurgitación repetida de alimentos y no se atribuye a una afección gastrointestinal)
  • Trastorno de restricción/evitación de la alimentación (por falta de interés aparente por comer, evitación a causa de las características organolépticas de los alimentos o preocupación acerca de las consecuencias repulsivas de la acción de comer)
  • Otros trastornos alimentarios o de la ingestión de alimentos  especificados (por ejemplo, anorexia nerviosa atípica y el síndrome del comedor nocturno)
  • Trastorno alimentario o de la ingestión de alimentos no especificado (por ejemplo, cumplir todos los criterios de anorexia o bulimia salvo alguno relacionado con que no hay pérdida de menstruación, tiene un peso normal, menor número de conductas compensatorias o masticar y escupir, sin tragar, cantidades importantes de comida, ingesta compulsiva o fobia a la gran mayoría de alimentos)

Los trastornos de la alimentación a menudo surgen en la adolescencia (a partir de los 12 años aproximadamente) y la edad adulta temprana. Según el Instituto Nacional de Salud Mental en los Estados Unido, se establece una media  de 18 años para desarrollar anorexia y bulimia (un dato orientativo).

En los últimos años, el número de afectados ha ido en aumento. Las mujeres jóvenes siguen siendo el colectivo más afectado, si bien los varones, mujeres maduras y niños/as menores de 12 años, comienzan a agregarse a la lista de víctimas de este trastorno.

¿Por qué mi hijo/a tiene un trastorno de alimentación?

Existen varias causas por las que una persona desarrolla un trastorno alimentario:

  • Genética y antecedentes familiares: El hecho de que algunos familiares (como padres, tíos etc) tengan el trastorno hace que haya una probabilidad mayor de que los trastornos de la alimentación ocurran en tu hijo/a. Además, la presencia de ciertos genes hace que aumenten el riesgo de presentar trastornos de la alimentación.

 

  • Quizás en su etapa en la infancia recibieron numerosas burlas debido a su peso o a su imagen por parte de sus compañeros/as.

 

  • Problemas para lidiar con sus emociones, sobre todo aquellas relacionadas con el miedo, la ansiedad, aburrimiento, sentimientos que les producen malestar o vacío emocional.

 

  • Estilo de vida sedentario: falta de actividad física, muchas horas delante de las pantallas, falta de actividades…

 

  • No tener buenos hábitos alimenticios (saltarse comidas, picar entre horas o abusar de comida basura…). Muchos/as adolescentes o niños/as mencionan que el hecho de comer solos les genera tanto malestar, que es cuando tienden a hacerlo.

 

  • Niños/as o adolescentes que tienen una personalidad introvertida, son perfeccionistas, impulsivas  y desarrollan la idea de que la pérdida de peso, tener cuerpo perfecto, comer o desear comer, les aliviará del malestar y sentirán que tiene el control de sus emociones. No comerán por hambre, sino para obtener seguridad.

 

  • Pueden presentar alteraciones del estado de ánimo, ansiedad, síntomas obsesivo-compulsivos, trastornos de la personalidad o haber sido víctimas de abuso físico, emocional y/o sexual.

 

  • La sociedad en la que vivimos que establece un determinado canón de belleza.

trastorno de la conducta alimentaria

¿Cuáles pueden ser las señales de alarma para detectar un trastorno de alimentación?

Dentro de los factores que pueden hacerte sospechar que existe o podría existir un problema de alimentación , podríamos englobarlos en los siguientes:

  • Se muestra muy preocupado/a por su peso/ imagen o juzga a los demás en base a ello. O también puede estar obsesionado por todo lo que tiene que ver con la alimentación. Por ejemplo, saber qué se va a comer, cuándo, querer pesar la comida o medir calorías. Ten cuidado, con no confundir un trastorno de alimentación con el trastorno dismórfico corporal del que hablamos en otro artículo, ya que pertenece a la categoría de trastornos obsesivos compulsivos.

 

  • En relación a la comida, puede comer con desasosiego,  comer más rápido de lo normal, comer grandes cantidades de comida cuando no se siente hambre o evitar la comida y no tener ningún interés.

 

  • Realiza ejercicio excesivo o todo lo contrario, tiene una vida totalmente sedentaria.

 

  • Sentirse culpable o ansioso al comer alimentos muy calóricos o por esconder comida.

 

  • Preferir comer solo y no participar con los demás en las comidas haciéndolo a otras horas. O si come con alguien, tener cualquier excusa para levantarse de la mesa (y probablemente dirigirse al baño)

 

  • Tener un comportamiento extraño cuando tiene que comer. Por ejemplo, jugar con la comida, esconderla, trocear los alimentos en porciones muy pequeñas, comer muy lento…

 

  • Evitar ir a lugares dónde haya que enseñar más el cuerpo como la piscina o probarse ropa. O empezar a vestir de forma muy ancha para esconder su cuerpo.

 

  • Cambios de humor constantes, aunque es frecuente la irritabilidad.

 

  • Falta de apoyo social: se refugian más en su cuarto, no hacen planes, apenas tienen amigos…

 

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/a a en su trastorno de alimentación?

Si crees que tu hijo/a puede sufrir esta situación porque tienes sospechas o simplemente porque hay un diagnostico, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

tipos de tca

  • Acompáñale en las comidas, por muy mayor que creas que sea. Aprovecha para hablar con él o simplemente compartir ese momento.

 

  • Establece una comida nutritiva, periódica y suficiente. Si quieres que tenga unos buenos hábitos saludables, es necesario revisar los hábitos que hay en casa y establecer una serie de normas para toda la familia. No se trata de hacer dietas, sino de tener una alimentación saludable. A veces, es necesario recurrir a profesionales como nutricionistas para que sea más fácil que se produzcan esos cambios.

 

 

  • Mejora su autoestima para disminuir la distorsión corporal y perfilar su identidad. Por ejemplo, evita comentarios del estilo: qué guapa estás y delgada o vaya fea que está esa persona. Valórate a ti y al entorno bajo otro prisma.

 

  • Favorece la realización de actividades que incrementen su relación con los demás. Por ejemplo, trata de que poco a poco vaya superando su temor a ir a la piscina, la playa o encontrarse con amigos porque esté perfecta.

 

  • Potencia sus habilidades de resolución de problemas y su resiliencia. Para ello, tú también tendrás que ser comprensivo/a, ser paciente y escucharle. En definitiva, tener una relación positiva dónde podáis reservaros un tiempo para hablar o pasar tiempo juntos. De esa manera, será más fácil que en la conversación puedan aparecer temas donde tiene conflictos o preocupaciones y puedas ayudar a que los resuelva.

 

  • Tener un hábito de sueño en el que pueda dormir en torno a 8-10 horas. Aunque muchas veces, no es algo a tener en cuenta, en realidad respetar las horas de sueño ayuda mantenerse dentro de un peso normal.

 

  • Trata de que haya espacios libres de nuevas tecnologías . Por ejemplo, a la hora de comer o cenar o antes de irse a dormir.

 

¿Tienes alguna duda sobre los trastornos de alimentación? No dudes en consultarnos

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