La situación que estamos viviendo es surrealista y encima es más trágica si le añades la pérdida de un ser querido. Es difícil explicarle a un niño la muerte o la enfermedad de un familiar o una persona cercana. No hay un momento adecuado para hablar de la muerte o de la enfermedad, como tampoco lo hay para hablarle del sexo o de cuándo es la edad perfecta para que estudia solo. El momento es cuando surge ese tema y eso puede ser mientras que vemos una película, leemos un cuento, él o ella te plantea esa pregunta o durante esta pandemia que estamos viviendo. No se trata de tener una gran charla, ni mucho menos. Simplemente se trata de adaptarte al nivel de tu hijo/a y a las preguntas que pueda tener cuando surja.
En el estudio, tenía un niño de 4 años que no era capaz de ver la película del Rey León en la parte en que Mufasa moría porque se entristecía mucho y se angustiaba. La solución entonces era pasarle esa parte de la película. No obstante, el problema cada vez era mayor. Así que yo te planteo ¿no es esa una buena oportunidad para ayudarle a entender lo que es la muerte?
Cómo se enfrenta al duelo un niño en tiempos de coronavirus
Es importante para superar el duelo, comprender en qué fase de su desarrollo está tu hijo para saber qué tipo de explicación puedes darle y además necesitas darle herramientas para que la transición emocional sea lo más llevadera posible. En las medidas extraordinarias que estamos viviendo con el coronavirus, es posible que veas que las reacciones no son las que esperas. El hecho de estar en este aislamiento ha hecho que vivamos una realidad paralela y parece que el tiempo se haya detenido. No obstante, te aseguro que cuando volvamos a la rutina, que te aseguro que volveremos más o tarde o más temprano, verás las emociones de las que hablamos a continuación. Por tanto, te explicamos cómo elaboran los niños el duelo para que en el momento que suceda, te sientas preparado/a:
De 0 a 2 años
Los bebés no tienen la capacidad de hablar o quizás no conozcan al ser querido que ha fallecido, pero eso no significa que no sientan la pérdida o más bien no entiendan que sus padres están sufriendo. Nota tu tristeza y siente que algo está pasando. Por tanto, más que explicaciones de lo que ha pasado es que mantengas las rutinas y le hables o le des más cariño de lo habitual.
De 2 a 6 años
En esta fase del desarrollo, la fantasía y la imaginación son muy importantes y es normal que no reaccione y parezca que no le importan, existan regresiones o les cueste comprender que la persona fallecida no va a volver. Por tanto, en esta fase de desarrollo será preciso repetir muchas veces la misma explicación que le des para que llegue a interiorizarlo. Lo mejor es que te apoyes en cuentos, películas o en algún animal de compañía que haya fallecido.
De 6 a 12 años
Los niños a estas edades son más conscientes y capaces de comprender la muerte y sus consecuencias irreversibles. Lo que les hace más vulnerables. En esta franja de edad, es importante trabajar varios aspectos:
- Evitar que asuman un rol de cuidador: Si ven que sus padres están pasando por un momento triste, quizás pasan a ser ellos que cuiden de sus padres o de sus hermanos. Pero recuerda, que él es el que más necesita protección, así que no le sobrecargues con funciones que no debería tener.
- Trabajar la negación: Quizás pienses que no le está afectando porque le ves distraído cuarto en su o incluso más alegre de lo habitual. Sin embargo, no te dejes engañar por las apariencias, que no hable o quiera evitar el tema, no significa que no esté sufriendo o que no necesite que tú vuelvas a sacar el tema y ofrecerle tu apoyo.
- Miedos y preocupaciones acerca de la muerte: En la etapa de desarrollo en la que está, es posible que por primera vez empieza a tener una gran preocupación por sí mismo y los demás y es posible que sea más inseguro. Sin embargo, hasta ahora no se habían planteado que pudieran morir o pasarles algo grave..
De 12 en adelante
Entrar en el período de adolescencia y afrontar una pérdida puede resultar también difícil, ya que pueden llegar a aislarse en su propio mucho y les puede costar apoyarse en los demás. Es importante, tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Evitar la sobreprotección: Sé sincero y ofrécele las explicaciones que te pide y aunque no lo haga, deberías dárselas igual. Por ejemplo, si no se lo explicaste, quizás fue porque fue todo muy rápido y apenas te dio tiempo a ti a reaccionar…
- Respetar sus tiempos y espacios: quizás tampoco reaccione cómo esperas y no es bueno que se lo eches en cara o surjan los reproche
- Recomendarle que hable de lo ocurrido o como se siente, ya sea contigo o con una persona que sea importante para él o ella y con la que tenga confianza.
Pautas para superar la muerte de un ser querido durante el aislamiento
La vida en estos momentos está en pausa, gira en torno a la casa y más allá es como si no hubiera nada más. Para algunos niños, el duelo también está en pausa hasta que salgan de este aislamiento. Por tanto, no debe sorprenderte si después del encierro empiezas a ver que tu hijo está triste o tiene sentimientos que creías superados. Por eso, te recomendamos que sigas estas pautas que te ayudarán tanto a ti como a tu hijo a superar el duelo:
Sé proactivo y dale a tu hijo un papel más activo
Tu hijo necesita asimilar lo que está sucediendo, así que no le dejes al margen de las noticias que vas teniendo tú acerca del estado de salud de un ser querido. Si sabes que tiene el coronavirus, aunque sea leve, no le digas que está bien. Es importante darle un papel más activo y que pueda ponerse en contacto con él o ella si así lo desea o puede hacerlo. Hay muchas formas de hacer que tu hijo pueda estar presente sin estarlo: escribiéndole una carta, haciéndole un vídeo… con la idea de que se lo puedas hacer llegar o simplemente para que pueda desahogarse y si fallece o no, al menos tu hijo sentirá que de alguna forma se ha podido despedir de esa persona o ha estado apoyándole durante el proceso.
No escondas tus emociones y trabaja el dolor de la pérdida.
Con noticias, esperas una reacción de llanto desconsolado y puede que esa reacción no se produzca. Es importante que comprendas que, dada la situación actual de aislamiento, es normal que le cueste mucho más aceptar que ese familiar o persona querida ha fallecido, puesto que no ha estado en contacto con él o ella durante semanas. Quizás, no surja tristeza, pero surjan otras emociones como rabia o irritabilidad o culpa por no haber podido estar o por haberle dejado solo ante esta situación. Aunque no sea lo que esperas, es necesario trabajar esas emociones y combatir esos pensamientos con pensamientos alternativos y que contestes a las respuestas que te vaya planteando.
Sé breve tus explicaciones y evita metáforas.
Antes de comunicar la noticia a tu hijo/a, es importante que pienses un minuto antes cómo vas a enfocar el tema, sobre todo si es la primera vez que se “enfrenta” a la muerte o la enfermedad de un ser querido. La creencia popular es que hablar de forma ambigua es una forma poética de hablar de la muerte de un fallecido. Sin embargo, si quieres que tu hijo/a comprenda lo que está pasando es mejor evitar frases como “se ha ido”, “nos ha dejado”, “ha pasado a mejor vida”…. Necesitas ser más directo y sincero con tus palabras para que no se confunda aún más y pueda superar el duelo.
Dale un hueco a la persona fallecida
Aprender a vivir sin esa persona que quieres, es un probablemente una de las tareas más difíciles que tendrás que hacer. Sin embargo, en necesario ayudar a tu hijo que recoloque emocionalmente a la persona que ha fallecido para que después del aislamiento logre seguir adelante. Eso significa que tendrás que responder a preguntas para los que ni tú mismo/a sabes la respuesta: ¿qué es la muerte? ¿qué pasa después de la muerte? ¿volveré a verle? Por tanto, piensa bien qué tipo de creencias quieres transmitir a tu hijo.
Piensa en opciones que le permitan aceptar la pérdida
En la actualidad, no pueden ir muchos familiares al entierro o llorar la pérdida con otros seres queridos. Es importante hablar de ello para ayudar a tu hijo a que lo gestione adecuadamente y no se aísle frente al dolor. Incluso hacer un pequeño funeral en casa dónde cada uno pueda hablar de cómo se siente o dónde se le recuerde. Sin embargo, si no quiere hablar del tema, quizás puedas sugerirle que escriba una carta dónde pueda desahogarse y dónde hable de lo que le gustaría decirle si hubiera tenido tiempo, pedirle perdón o incluso dónde hable sobre lo enfadado o triste que está.
Si te ha quedado alguna duda más, te recomiendo que veas este vídeo que he realizado para que te ayude más:
Dado el tema doloroso del artículo, me gustaría saber cómo lo enfocas o lo has enfocado tú, qué sientes respecto a eso… porque estoy segura que, además de mis recomendaciones, a otras familias les va a ayudar tu comentario y sumar experiencias entre todos es enriquecedor. Así que ¿qué explicación le has dado o darías tu a tu hijo?