Día mundial de la menopausia

Esta semana, el 18 de octubre, se conmemora el día mundial de la menopausia, con el objetivo de sensibilizar e informar sobre las implicaciones de esta etapa natural en la vida de las mujeres.

Desde Ayudarte queremos aportar nuestro granito de arena hablando estos días sobre cómo la menopausia afecta a las funciones cognitivas de nuestro cerebro.

Algunos aspectos básicos

Empecemos comentando que la menopausia no es una enfermedad ni una avería crónica de cuerpo femenino, es una etapa de transición que atravesamos todas las mujeres en algún momento entre los 30 y los 60 años, y a pesar de tratarse de algo que le ocurre a la mitad de la población del planeta, tradicionalmente ha sido un tema tabú, apenas estudiado a nivel médico-científico y del que no se habla en nuestra sociedad, al menos no de forma clara, informada y respetuosa, cuando se habla de ello tiende a banalizarse o ridiculizarse. Las propias mujeres durante años han ocultado sus síntomas por vergüenza y desinformación.

Aunque las cosas están cambiando, aún queda mucho camino por delante para que las mujeres tengamos acceso con naturalidad a información técnica, práctica y útil sobre todos los aspectos relacionados con la menopausia. Aún a día de hoy la mayoría de las mujeres tienen una idea muy limitada y negativa de la menopausia, centrada exclusivamente en los órganos reproductores, en que marca el final del ciclo menstrual y de la capacidad de engendrar y dar a luz, sin embargo, debemos entender que se trata de una experiencia cuerpo-mente no solo reproductiva, sino que afecta a los pensamientos, sentimientos, comportamientos y a la imagen que una mujer tiene de sí misma.

En la menopausia se produce un descenso en los niveles de las hormonas femeninas, estrógenos y progesterona, este cambio se produce habitualmente entre los 45 y los 55 años, pero no ocurre de la noche a la mañana, va precedido de un período de transición, por eso algunos síntomas pueden aparecer antes y a esta etapa se la llama perimenopausia.

Los estrógenos no están involucrados solo en la fertilidad, participan en muchas funciones, por ello su disminución afecta al organismo de la mujer en su totalidad, incluido el cerebro, de hecho, muchos de los cambios que se producen en la menopausia tienen que ver con la regulación de la temperatura corporal (de la que se ocupa una región del cerebro llamada hipocampo), la calidad del sueño (vinculado al tronco encefálico de nuestro cerebro), o el estado de ánimo (en el que está involucrada principalmente la amígdala cerebral).

Principales síntomas

Aunque pueden variar de una mujer a otra, los síntomas más frecuentes del “cerebro de la menopausia” son:

  • Sofocos: sensaciones repentinas de calor intenso, sudoración, aceleración del ritmo cardíaco y enrojecimiento de la parte superior del cuerpo, especialmente la cara.
  • Dificultades para dormir
  • Inestabilidad emocional: cambios de humor frecuentes, irritabilidad o sentimientos de tristeza.
  • Problemas de memoria: tendencia a olvidarse de las cosas o dificultad para recordar detalles.
  • Dificultad para concentrarse
  • Lentitud del procesamiento cognitivo: es la llamada “niebla mental” se trata de una torpeza mental, dificultad para pensar con claridad, procesar la información y tomar decisiones.
  • Dificultad verbal para encontrar una palabra o expresar con palabras los pensamientos.
  • Menor capacidad para hacer varias tareas a la vez o pasar de una a otra.
  • Sensación de falta de energía general, fatiga, desmotivación
  • Descenso de la libido

Qué podemos hacer al respecto

Estos síntomas de los que hemos hablado son muy reales, las experiencias de las mujeres en esta etapa son legítimas y debemos tomarlas en serio, tener esto presente favorece la confianza y nos ayuda a identificar y gestionar lo que nos está pasando.

Afortunadamente, muchos de estos síntomas desaparecen de manera espontánea una vez finalizada la menopausia y además, no es necesario que las mujeres suframos, existen soluciones que nos facilitan esta transición, a través de tratamientos hormonales, no hormonales, suplementos naturales y algunos cambios en nuestro estilo de vida como cuidar la alimentación, hacer ejercicio (especialmente aeróbico y de fuerza), mantener estimulado nuestro cerebro con actividades, nuevas experiencias y aprendizajes, disminuir el estrés y aplicar estrategias que nos ayuden a manejarlo, tener una buena higiene del sueño…

Como hemos dicho antes, la menopausia no es una enfermedad, no hay nada que curar ni arreglar, es un hito natural e inevitable en la vida de las mujeres y aunque lo que implica no nos resulte agradable, tenemos a nuestra disposición opciones que nos pueden aliviar y hacer que la menopausia traiga consigo un mayor autoconocimiento, energía renovada y una perspectiva de la vida más plena.

Pin It on Pinterest

Share This
Logo Ayudarte Estudio de Psicología
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible.

La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.