Hay padres divorciados que no funcionan como pareja y son una pareja educativa excelente, pero hay otros padres que lo que les pasa es que se divorcian debido al estrés y las constantes discusiones que ha supuesto tener hijos. En este artículo nos centramos en aquellas parejas que permanecen juntos pero desde que son padres la rutina ha hecho mella y por ello, es importante analizar las causas que llevan a ese desgaste:
- Cambio de prioridades: Antes tu prioridad era tu pareja y ahora lo son tus hijos. Sin embargo, esto no es cuestión de prioridades sino de que cada uno ocupe el lugar que le corresponde. No se trata de luchar “por tu amor”, porque hay amor para todos. Muchos estudios afirman que el vínculo madre-hijo/a es tan estrecho que las parejas se sienten relegadas a un segundo plano y quizás no les falta razón. La maternidad y paternidad no da tregua y llega un momento que no sabes cómo has vivido sin ese peque toda tu vida.
- Discusiones hirientes: Pensamos que somos como un libro abierto con nuestra pareja, sin embargo, no siempre es así. Hay heridas del pasado que no llegan a cicatrizar o nuevas heridas que se generan cuando uno tiene un hijo. Antes como pareja, algunos de los principales estaban resueltos, pero con la paternidad o la maternidad aparecen otros nuevos: normas en casa, colegio, tipo de educación y una larga lista de interrogantes que deben resolverse entre los dos. Ya no te duele lo que te hacen a ti, sino lo que crees que le hacen a él o ella. Así que es fundamental que uno se dé cuenta de ello, estas discusiones son fruto del estrés y de falta de habilidad para negociar y hablar de forma asertiva.
- Menos tiempo: Quizás antes hacías mes-aniversarios, celebrabas San Valentín y hasta le dejabas algún detalle cuando menos se lo esperaba. Tenías gestos hacia tu pareja, pero ahora no hay tiempo. Tu rutina te llega a absorber tanto tu tiempo, que los escasos minutos que estás en casa son por y para tu familia. Pero ¿por qué resultan insuficientes? Quizás porque muchas veces pretendemos dar esa mejor cara cuando no siempre nos sentimos así y eso también desgasta mucho. Tienes menos tiempo para todo, por eso necesitas invertirlo siendo sincera contigo misma y si estás mal, apoyarte en las personas de tu alrededor.
- Falta de intimidad: ¿Intimidad? ¿eso que es? Si, los primeros años de un hijo son difíciles, pero después no mejora a no ser que vosotros queráis que eso lo haga. A veces, puede resultar complica reanudar esa pasión o pasar momentos sin tu hijo al lado. Pero tu felicidad no sólo va unida a la de tu hijo, también a otras muchas cosas.
Hay personas que piensan que son los hijos la clave de un matrimonio feliz, sin embargo, creo que esa es mucha responsabilidad para un hijo. Igual que pensar que la única persona capaz de hacerte feliz es tu hijo. La realidad es que un hijo aparece para que seas aún más consciente de quién eres tanto a nivel personal como de pareja, viene para darte mucho amor, pero también para que te plantees interrogantes que quizás nunca te habías atrevido a pensar. Por ejemplo, ¿de verdad soy feliz? ¿estamos tan unidos cómo creíamos? Si a nivel de pareja tenías alguna “grieta”, con un hijo se convertirán en una auténtica fractura. Por eso, te proponemos una serie de consejos:
- ¡Comunícate!:Ya es difícil encontrar un hueco cuando el horario es igual… pero si encima tenéis turnos o viajáis frecuentemente debido al trabajo puede ser aún más misión imposible. O ¿quizás no del todo? Necesitas tiempo para hablar de cómo te sientes y eso rara vez lo hacemos por miles de excusa: están delante los niños, no sientes que tu pareja te entienda o sencillamente no es algo que en el pasado se os diera bien. Sin embargo, la comunicación es clave para ser padres y también en la pareja, por eso, debe ser un objetivo prioritario y es tan simple como que instaures unos tiempos para hablar, lo ideal es cara a cara, pero si a veces lo ideal no puede ser… ¿por qué no ser creativos? Sin una buena comunicación, todas esas pequeñas cosas del día a día que te machacan, se convertirán en una pesada losa cada día y al final surgirá el distanciamiento, que acabará afectándote no sólo a tu vida en pareja sino a tu vida familiar, porque como siempre digo a los papás y a las mamás que acuden al estudio, los pilares de la familia son los padres y las madres y si ellos hacen aguas, el resto también.
- ¡Celebra!, aunque estés cansada, aunque no te apetezca, aunque no tengas tiempo… Seamos sinceros, cada día podría ser San Valentín, pero la realidad es que el resto del año no vas a tener ningún detalle. Así que, si eres de los que dices, lo mío es sorprenderte cada día… deja de engañarte y pasa a la acción. Al menos San Valentín es un día que se repite cada año y es una excusa perfecta para hacer algo “especial” y con “algo especial” no es preciso que estés preparando un regalo con una semana de antelación, sino que durante la convivencia tengas pequeños gestos. Por ejemplo, tener una excusa para saltaros la dieta y comer esa comida que tanto os gusta o la que os enamoró o dar un paseo los dos juntos por la playa.
- Di más cosas bonitas: Los reproches y los resentimientos salen solos y a veces nos cuesta agradecer lo que los demás hacen por nosotros, como si eso no tuviera ningún valor. Esta vez te propongo que, aprovechando el tiempo que tienes con tu pareja, empieces por valorarle más. Por mi experiencia, cuando empezamos desde ahí es más fácil que fluya la comunicación y aparezcan sentimientos positivos. A veces entendemos los momentos juntos como momentos para echar en cara situaciones que nos han molestado y es importante ver esos momentos como oportunidades para estar unidos y superarlos como un equipo. De esa forma, conseguiréis que no haya tanta tensión en el ambiente y tú acabes irritable o sin ganas de estar en casa.
- Olvídate del mundo y miraros los ojos: Parecerá una tontería, pero las pantallas absorben y monopolizan gran parte de nuestra vida. Los pocos momentos en que estáis juntos o son en familia o son para ver una serie o echar un vistazo a las nuevas tecnologías. Educativamente hablando, soy la primera que tengo claro que los niños tienen que alternar momentos de ocio con pantallas y sin ellas, de hecho, se habla mucho sobre el tiempo que pasan nuestros hijos, pero ¿y como adultos? Lo mismo, es interesante apartar cualquier pantalla por un minuto y simplemente mirar a la persona que tienes al lado y que no importe nada más que ese momento sin distracciones de por medio. Solos tú y tu pareja durante 1 minuto.
¿Y tú que opinas sobre el desgaste en pareja? ¿Cual crees que es la clave para superar esos momentos críticos con tu pareja? Estaremos encantadas de leer tus comentarios ;)]]>