nunca es suficiente el tiempo que juega contigo, siempre quiere más. Y aunque a ti te gustaría jugar toda la tarde, el tiempo libre acaba siendo la última prioridad del día bien por las extraescolares o por el poco tiempo que le queda después de los deberes o por lo cansada que llegas del trabajo. Así que al final el rato de juego acaba haciéndolo él solo en su cuarto. No obstante, no jugar a diario con él, hace que estés perdiendo muchas oportunidades para forjar un vínculo afectivo y emocional con tu hijo. Tú eres la persona que mejor le vas a ayudar a mejorar su tolerancia a la frustración o potenciar su creatividad. Si tiene que jugar él solo o con sus amigos no va a tener el mismo efecto. En cada momento va a sacar una enseñanza y seguramente tú vas a ser un gran apoyo para reforzar aquellas habilidades que le cuesten. No hay nada que más motive a un niño que jugar con sus padres. Sin embargo, en el estudio me encuentro con muchos padres que parecen haber perdido la capacidad o las ganas de jugar con sus hijos y por eso, te doy unas pautas para que tengas muy en cuenta:

• Compartir gustos. Es básico conocer sus gustos y tratar de pasar tiempo jugando a algo que a él le gusta, de la misma forma que tú puedes ir incluyendo juegos que también te gusten a ti. No se trata de imposiciones o prohibiciones, sino de ser flexible. No se trata de jugar sólo a lo que a tu te gusta o lo que a él le gusta. Por ejemplo, hay madres que se pasarían horas jugando con su hijo a las cocinitas pero jamás dedicarían ni un segundo a jugar al futbol (le llevan al partido pero nada de jugar ellas). En ese caso, es importante que hagas ciertas concesiones.

 

• Involúcrate: El tiempo que vas a jugar con él, tienes que participar en el juego. Si estás tendiendo la ropa mientras que juegas con él, no es jugar. No se trata de jugar toda la tarde, a veces como siempre digo, basta con que le dediques 15 minutos de atención plena al juego con el que está para beneficiarse de las ventajas del juego. Es preferible ese tiempo (aunque te parezca poco) que estar a mil cosas y a nada en realidad. Por muy mayor que creas que sea, deberías respetar ese tiempo. En el estudio, acabamos jugando más con los adolescentes que cualquier otro. Si en algún momento no les apetece, lo cambiamos por bailar, escuchar música o ver vídeos pero no se trata de solo verlo sino de participar con ellos y proponerles otros vídeos u otra música a ver que opinan.

• No le dejes ganar todo el rato. Si, eres mayor que él y está claro que no hay igualdad de condiciones, pero no se trata de que le des una “paliza” cada vez que juega contigo, sino de que aprenda que a veces puede ganar si se esfuerza mucho y otras veces le tocará perder. Muchos padres se dejan ganar para evitar que su hijo se frustre o se enfade. Así no le enseñas nada. En el estudio jamás me dejo ganar (a veces presto el 100% de mi atención y otras disminuyo a un 50%). Como se suele decir, les doy una de cal y otra de arena. En ese sentido hay que motivarles para que crean en ellos mismos y entrenen. Al principio, a todos se nos dan mal las cosas, pero no por eso debemos dejar de intentarlo.

 

• Sé creativo: No juegues siempre del mismo modo o guíes tú el juego. Déjate llevar e inventa historias junto a él y motívale a modificar partes del juego. Un mismo juego puede tener muchas utilidades diferentes. Según la franja de edad a veces resulta muy difícil inventarte juegos adaptados a la edad de tu hijo, pero si no tienes ideas, internet es una fuente inagotable de recursos. Hay muchas mamis que ya han pasado por esa fase, así que también puedes pedirles ayuda a ellas.

  Y tú, ¿te cuesta inventarte juegos con tu hijo? ¿cuál es el juego que más os gusta en casa? Me encantará conocer tu opinión. ¡Déjame tus comentarios más abajo!]]>