En palabras de Piaget, cada niño tiene un ritmo diferente para pasar de un pensamiento preoperacional o mágico a otro más concreto y lógico. Aunque el primer período abarca desde los 2 a los 7 años es un proceso gradual, por eso, la clave es que no te dejes llevar por la corriente de los demás, porque otros padres lo hagan o esté de moda. Eso sí, como cualquier charla importante trata de tener en tu cabeza cómo lo vas a enfocar y así en el momento que tu hijo te pida ciertas explicaciones, se las podrás dar con toda la ternura que puedas sin caer en ciertos errores y dale la importancia que se merece. Puede que descubrirlo sea un chasco y que no quieras “robarle” su inocencia, pero quizás no es robársela si él está preparado para descubrir la verdad, aunque si aún no lo has hecho quizás sería conveniente esperar a que estas fechas hayan pasado y no justamente en noviembre o diciembre. Así que hoy te hablo de los pensamientos y miedos más típicos que suelen ser una barrera para muchos padres y madres cuando tienen que hablar de los Reyes Magos o Santa Claus: existen reyes magos ayudarte estudio psicologia

  1. Si se lo cuento a mis hijos se traumatizará.

Lo cierto es que no hay evidencias científicas de semejante frase, es cierto que hay investigaciones, pero no existe un consenso entre los expertos y desde luego desde mi experiencia profesional nunca he atendido a ningún niño que hubiera desarrollado una patología a consecuencia de ello, así que cero dramas por ello. Hoy en día vivimos alarmados por los posibles traumas que podemos ocasionar a los niños, pero creo que es una palabra demasiado grande y además no deberíamos infravalorar a los niños y deberíamos prepararles para superar tanto las cosas buenas como las malas. Si realmente existe algún trauma ahora o en un futuro podrá solucionarse ya sea por ti o por un profesional. Sin embargo, que no haya trauma no significa que igual sienta enfado o tristeza, lo importante es saber acompañarle.

  1. Cuanto más tarde lo descubra mejor.

No hay una edad adecuada para saberlo, simplemente nuestro pensamiento se va desarrollando y acabamos comprendido ese y otros enigmas que hasta entonces habíamos “resuelto” con un pensamiento más mágico. Por ejemplo, nadie me dijo que Mickey Mouse no existía, lo veía por la tele y di por hecho que era real. Cuando fui a Disneyland París con 6 años con mis padres y vi a Mickey, le abracé y ni por lo más remoto había pensado que había una persona humana dentro… Tiempo después, até cabos y me fijé en los detalles y comprendí que eran actores; pero no culpé a Disney ni a mis padres por el engaño. Yo misma había hecho esa causa-efecto. Resolver ese y otros misterios forman parte de la vida, no conviene ni retrasarlos ni acelerarlos. Muchos de mis niños creen en vampiros, zombis… ¿valdría la pena hacerles una disertación científica sobre porque no hay ningún monstruo debajo de la cama? En mi opinión, las explicaciones sencillas siempre son las más adecuadas, así que trato de que se sientan seguros de sí mismos poco a poco y de darles estrategias que les permitan superarlo. No debatimos sobre su existencia (cada uno tiene sus creencias y no hace nada malo creer en ello), sólo trato de que esas creencias no les produzcan miedo y en caso de que sea así, se enfrenten a sus miedos de la mejor manera posible. Chico llorando ayudarte psicologia

  1. Si se entera, se le quitará la ilusión

La ilusión, la magia, la fe o la esperanza no se pierde ni se reduce sólo a los seres imaginarios; más bien evoluciona y se transforma en otras situaciones que nos producen las mismas sensaciones. Por ejemplo, me ilusiona escribir postales navideñas a los niños que vienen al estudio (aunque pueda resultar una tradición noña y pasada de moda o me pueda llevar trabajo), sin embargo, no cambiaría ver sus caras de sorpresa y la alegría que se llevan. ¿Cómo puedes prolongar la ilusión de tu hijo? Quizás lo mejor sea ayudando a otros niños, en Asturias conozco por ejemplo iniciativas magníficas como la juguetería solidaria o reyes majos que mantienen la ilusión, pero de otra forma.

  1. Nunca me perdonará que le haya mentido.

A lo largo de nuestra vida hay tantas mentirijillas que van a escuchar de ti o de otras personas que a no ser que lo hayas hecho con malicia, dudo que no te vayan a perdonar. Probablemente estén decepcionados, pero tú también lo estarás en otras circunstancias. Más que hablar de que nunca te va a perdonar, plantéate los valores que quieres transmitirle y el mundo que quieres enseñarle sin tanto miedo al perdón. Si tú misma no te sientes cómoda mintiendo, quizás lo mejor es no mentir, sino indagar qué cree tu hijo y preguntarle para que tú lo valores lo preparado que está y de ese modo sin pretenderlo, él te habrá la respuesta. Hay temas delicados como de dónde vienen los niños o cómo explicar la muerte de un ser querido y siempre mi respuesta es que se debe ajustar a la capacidad del niño. No es bueno centrarse en los detalles y en este caso es lo mismo. No te enredes en tus propias mentiras y deja que su desarrollo siga su curso natural.     Y ahora es tu turno, ¿qué opinión tienes sobre este tema? ¿cómo lo enfocáis en casa? ¿hay algún miedo o pensamiento que te proecupe? Nos encantará que compartas más abajo en la sección de comentarios tu experiencia y dudas sobre el tema.    ]]>

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