tristeza? Quizás el cuento de hoy te ayude a ver la vida desde un prisma diferente, así que merece la pena que sigas leyendo este post. ¿Quién no huiría del dolor? Nadie quiere sufrir y por eso sólo pedimos ser felices. Huimos de todo lo que sospechemos que nos puede hacer daño de una forma u otra, por ejemplo, a los niños no les suele gustar ir al médico por miedo a que la vacuna o lo que les hagan daño. Sin embargo, cuanto más tratamos de huir, más nos recreamos y más fuerte se hace ese sentimiento de dolor que no nos deja disfrutar del resto de sucesos de nuestra vida. El dolor es una sensación muy subjetiva, cada quién tiene un umbral diferente y lo que para uno no es nada, para otro puede ser un dolor intenso. Para mí todos ellos pueden ser importantes y merece la pena que profundicemos y conozcamos nuestro dolor para poder paliar esa sensación. Los niños también pueden sentir ese dolor tanto o más que los adultos, de hecho, el dolor crónico infantil afecta alrededor de un 3o% de los niños y adolescentes, pero muchas veces el desconocimiento por parte de padres y profesionales hace que pase más inadvertido de lo que se podría pensar y eso hace que a los niños les influya negativamente en su vida hasta que llegan con el especialista y el tratamiento indicado. Hace un par de años tuve el placer de acudir por casualidad a una charla con el catedrático Jordi Miró, experto en dolor crónico infantil. Digo por casualidad porque quizás en otro momento no hubiera escogido este tipo de charla, en la carrera apenas se habla de ello y menos cuando se refiere a niños y adolescentes. Sin embargo, fue una charla muy esperanzadora ya que él ha realizado muchas investigaciones sobre el tema y aseguraba que hoy por hoy existían tratamientos efectivos que podían ayudar a mitigar dicho dolor. Quizás por eso, en un día como hoy he decidido compartir un cuento que espero que te sirva de inspiración:
Cuento las dos cajas
Un buen amigo me sorprendió con uno de esos regalos que no te esperas. Un día, llegó a mi casa con dos cajas y me dijo: “Pon todo tu dolor, tus penas y tristezas en esta caja negra. En la dorada, por el contrario, coloca sólo las alegrías y bendiciones que te da la vida.” De ese modo he procedido desde aquel día, porque si mi amigo me lo había aconsejado, seguro que era porque creía que eso me ayudaría a ser más feliz. He ido llenando la caja negra de cosas negativas, de malos sucesos, de tropiezos y decepciones. Por otro lado, el optimismo, la energía positiva, las risas y el amor han ido a parar a la caja dorada día tras día. Pero, asombrosamente, mientras ésta cada vez pesaba más, la negra seguía igual de ligera. La curiosidad pudo conmigo y un día abrí la caja negra para saber cuál era la razón del misterio y descubrí que en el fondo había un agujero por el que se habían colado dolores, penas y tristezas. Reflexioné y me hice esta pregunta:” ¿A dónde habrán ido a parar todas esas cosas?”. Y mi corazón me dio la respuesta: “No te hagas más preguntas y avanza empujado por el entusiasmo y el bienestar”. Dejamos escapar por el agujero del olvido lo negativo y viviremos más felices y en paz“. Muchos de los padres o madres vienen sumidos en el dolor y en la culpa de no haber descubierto antes que su hijo tenía un trastorno o una enfermedad o simplemente por no pasar tiempo con sus hijos sin darse cuenta que el dolor siempre se acentúa cuando viven estrés o están sumidos en una depresión. Por eso, la actitud a la hora de afrontar el dolor es la clave para llevar la vida que siempre hemos soñado vivir. De todas formas,no es tan sencillo y aún queda mucho camino para recorrer, en especial si se trata dolor crónico infantil. Aquí te dejo un vídeo explicativo sobre el dolor crónico en general que puede ayudar a comprender lo complejo que es tanto la valoración como la solución.
yo soy una persona parapléjico y me duele muchos los pies específicamente en el tronco
Lo lamento mucho, tiene que ser muy difícil.