Comunicación asertiva: consejos y claves para mejorar tus relaciones personales
Pasamos buena parte de nuestro día relacionándonos en diferentes ambientes, académico/laboral, social, familiar, muchas de las personas con las que compartimos tiempo y espacios tendrán ideologías, sensibilidades, opiniones, intereses y objetivos distintos de los nuestros, en algunos casos incluso opuestos.
Ante esta circunstancia, hay quien prefiere no expresar lo que piensa o siente para evitar conflictos, para complacer a los demás, por miedo al rechazo o porque piensa que las opiniones de los demás son mejores. Otros por el contrario prefieren ignorar o despreciar las opiniones o sentimientos del resto, creen que las suyas son más importantes.
Cualquiera de estas dos actitudes da lugar a relaciones personales muy poco saludables, suelen estar en la base de la mayoría de los conflictos y dañan nuestra salud mental, por estos motivos es tan importante ser capaz de transmitir de forma honesta y clara lo que pensamos, sentimos o necesitamos desde el respeto y la educación hacia nuestros interlocutores, en esto consiste la comunicación asertiva, en plantear nuestra opinión con seguridad, aceptando y comprendiendo que la de los demás no tiene por qué coincidir, implica respetar al otro y a uno mismo.

ALGUNOS CONSEJOS Y ESTRATEGIAS
- Expresarse de forma clara y concreta para evitar malentendidos.
- Cuidar el lenguaje no verbal, un tono de voz seguro y tranquilo, postura abierta, mantener el contacto visual, sonreír y evitar gestos bruscos ayudan a la comunicación.
- Escucha activa, prestando verdadera atención a lo que dice mi interlocutor con interés y empatía.
- Elegir el momento y lugar para poder tener una conversación delicada, sin la presión del tiempo, cuando no se está muy cansado, donde haya la suficiente privacidad para hablar con calma.
- Hablar desde la primera persona, cualquier frase que empiece “es que tú…”, “porque tú…”, tiene muchas probabilidades de acabar en conflicto, es preferible utilizar fórmulas del tipo “yo creo…”, “yo siento”, “a mí me parece…”, al evitar el reproche se reduce la actitud defensiva en la otra persona y podemos expresar lo que realmente necesitamos.
- Evitar las palabras “siempre” y ”nunca” al hablar de los problemas, excluyen la posibilidad de mejora, acuerdo o solución.
- Decir “no” o poner límites no significa ser egoísta, es priorizar nuestro bienestar, reconocer y reafirmar nuestros derechos y opiniones, una responsabilidad que tenemos hacia nosotros mismos.
- Reconocer los sentimientos y necesidades de la otra persona en todo momento al tiempo que defendemos nuestra postura sin menospreciar, por ejemplo “comprendo que estés molesto pero necesito…”
- Manejar las propias emociones como el miedo al rechazo, el estrés o el enfado que es natural que surjan y podemos expresar, pero no de forma excesiva ya que dificultaría la comunicación. En este sentido las técnicas autorregulación emocional respiratoria pueden ser de mucha ayuda, o tomarnos un momento y continuar cuando podamos gestionar la impulsividad.
- Entender que no siempre, por bien que nos comuniquemos y por muy asertivos que seamos, lograremos nuestro objetivo al 100%, aceptar que a veces hay que llegar a puntos de acuerdo.
- Utilizar la técnica del Disco Rayado si alguien es muy insistente o intenta presionarnos, consiste en repetir nuestro argumento, idea o decisión una y otra vez de forma tranquila, sin entrar en discusiones.
- También es útil la técnica del Banco de Niebla ante una persona que no sale de la crítica o que nuestra una actitud agresiva buscando confrontación, para ello reconocemos la posibilidad de algo de verdad en lo que el otro dice sin ceder en nuestra postura ni perder la calma.
A la gran mayoría de las personas no nos sale natural actuar de forma asertiva, afortunadamente, es una habilidad que podemos aprender y entrenar a través de la práctica.
Os animo a que vayáis aplicando estas técnicas, empezando por situaciones que os resulten más sencillas o en las que os sintáis más cómodos, también ayuda ensayar situaciones a través de role-playing delante del espejo o con alguien de confianza. Seguro que poco a poco os sentís más a gusto con vosotros mismos y en vuestras relaciones.




