Más allá de las actividades que hagan los profesores, sería interesante que tú también abordaras el tema con tu hijo. Los atentados parecen lejanos, sin embargo, toda ocasión es importante para transmitir valores a tus hijos y escuchar sus sentimientos acerca del tema. Cuando sucede algo malo, las personas tendemos a evitarlo y a no afrontarlo y más tratándose de niños dónde no sabemos cuáles son sus preguntas y si vamos a tener respuesta para ellos. Por eso, hoy te doy unas sencillas claves acompañadas de un cuento que aparece en el libro de Jorge Bucay “Déjame que te cuente”:
“La fiebre del no es esto”
Cuenta la tradición que, en cierta ocasión, un bandido llamado Angulimal iba a hacer daño a Buda. Y Buda le dijo: “Antes de herirme, ayúdame a cumplir un último deseo: corta, por favor, una rama de ese árbol.” Angulimal le miró con asombro, pero resolvió concederle aquel extraño último deseo, y de un tajo hizo lo que Buda le había pedido. Pero luego Buda añadió: “Ahora, por favor, vuelve a pegar la rama al árbol, para que siga floreciendo.” “Debes estar loco —contestó Angulimal— si piensas que eso es posible.” “Al contrario —repuso Buda—, el loco eres tú, que piensas que eres poderoso porque puedes herir, matar y destruir. Eso es cosa fácil. El verdaderamente poderoso es el que sabe crear y curar.” Para destruir, para arrasar, para gritar de forma estéril, para estar diciendo siempre que todo esta mal, que no es esto…; para todo eso no hace falta arte, ni ciencia, ni esfuerzo, ni cualidades. Es verdad que siempre es mejor la rebeldía que el conformismo, porque pienso que no estar satisfecho del mundo en el que se vive y querer cambiarlo es algo digno de alabanza. Pero la historia está llena de ejemplos de rebeldes que cuando llegaron al poder se acomodaron. Y de rebeldes que, al fracasar, se convirtieron en resentidos que sólo sabían hacer crítica destructiva. Es muy fácil decir que algo está mal y que hay que cambiarlo. Lo difícil —y lo que hace falta— es aportar ideas positivas y conseguir cambiarlo realmente. Las claves que te ofrezco son sencillas:
- Escúchales: Es importante que sepas exactamente qué es lo que sabe acerca de la paz, el terrorismo o las guerras. A veces los cuentos o sus videojuegos ayudan a acercarnos al tema.
- Responde de forma sincera: Como padres, un instinto que tienes es el de protección hacia tu hijo. En ocasiones, eso hace que restemos importancia al asunto cuando en realidad con 6 años ya es consciente de la realidad y a partir de 12 la gran mayoría tiene un móvil, así que si te pregunta es importante que le ofrezcas una respuesta. Y si no tienes ninguna (porque los papis a pesar de ser superpapis, no siempre tienen una) reconoce que no la tienes y trata de explicarle que en cuanto lo sepas, le contestarás (al menos te dará tiempo para ofrecerle una). En mi caso, cada vez hay más niños que vienen al estudio teniendo miedo a que sucedan atentados o bombas y siempre comienzo por hablar de probabilidades aportándoles datos objetivos.
- Adáptate a su edad y huye de explicaciones en las que tú mismo puedes enredarte. En lugar de eso, es mejor que tú misma te elabores mentalmente un guión y le des las mismas respuestas (es posible que notes que ya has respondido a sus dudas) pero a veces tu hijo necesita de la repetición ¿o cuantas veces ha pedido que le leas un mismo cuento o has visto el mismo capítulo de Peppa Pig?
Y ahora es tu turno, ¿Cómo enfocas el tema de la violencia y los atentados con tus hijos? ¿has preparado algo para mañana en el día internacional de la paz? Comparte más abajo tus dudas o experiencias sobre el tema.]]>