Superpapis viene al rescate con 4 consejos que quizás te ayuden en una noche como la de mañana.   La llegada de los reyes es el punto y final para las vacaciones pero también el momento que muchos llevan deseando el año entero. ¿Sus deseos se verán cumplidos o no les gustará lo que reciban? Si para cualquier persona enfrentarse a toda esa ilusión sería difícil de gestionar, imagínate para tu hijo. Por eso, aunque lleves más de una semana tratando de distraerlos, esa noche siempre va a estar cargada de muchos nervios y tensión en casa. Por un lado, es lógico que eso suceda, llevas casi un mes hablando del catalogo de navidad, visitando jugueterías, escribiendo la carta… Muchos preparativos que han ido consiguiendo que tengan ilusión, pero también nervios a partes iguales. La una sin la otra no van a poder existir y esos “nervios” se van a traducir en diferentes síntomas:

• Comer mucho o poco
• Estar irritado y desobediente
• Problemas para dormir
• Excitación e inquietud excesiva

Por tanto, si ya lo sabes, trata de anticiparte a ellos con estos sencillos consejos: Reduce las horas de sueño de ese día: Dormir es necesario e importante para la salud, pero en este caso las siestas o dejarlo dormir de más como otros días, no le va a favorecer nada. En su lugar, cámbialo por un plan diferente que consiga cansarlo un poco más. El deporte va a ser un gran aliado porque el ejercicio consigue que la persona se duerma antes, de forma más profunda y además no se despierte tan a menudo. Así que aprovecha ese día para hacer una nueva tradición en la que incluyas algo de deporte. Recuerda que el objetivo es cansarles a ellos, no a ti.   Dedica un rato previo a la calma: ¿Puedes pasar de la excitación máxima a la relajación más absoluta? Si tú lo ves difícil imagina tu hijo. No se trata de adelantar la hora de irse a dormir, sino de alargar la fase previa con alguna actividad diferente. Por ejemplo, sorpréndeles con un cuento o con un juego de relajación. Leer no sólo ayudará a que se calme, también te permitirá hablar del tema de los reyes si lo desean y tranquilizarlo si es preciso. Aunque la idea es que el libro no sea de Navidad, sino que puedas escoger otra temática para no excitarlos aún más. Olvida la Tablet, el móvil o cualquier videojuego al menos una hora antes de irse a dormir para no activarlo más.   Marca una horario para que se levanten o establece una regla: Lo mejor antes de irse a dormir es establecer un poco de orden sobre los horarios y lo que va a pasar el día después. Evita que se despierte cuando quiera o que tenga que ser el primero, cíñete a la rutina que tenéis en casa. De esa forma, reduce el estrés de ser el primero en levantarse o levantarse demasiado pronto llevado por la emoción del momento. Por ejemplo, puedes decirles que “hasta las 10.00 no abriremos los regalos” o “ Cuando vaya a tu cuarto, abriremos los regalos, hasta entonces no”.   No le castigues para que se vaya a la cama . Si entiendes su nerviosismo no es justo que le amenaces con frases como “si sigues despierto, los reyes pasarán de lago”, sólo consigue que estén más nerviosos aún. Los gritos, las amenazas o las presiones no contribuyen a la relajación. Trata de ser paciente y no agobiarte. Es comprensible que no quieras que estén despiertos hasta tarde, pero no hace falta que recurras a esas frases para que se duerman. En su lugar, conecta con él, abrázale y retoma el tema del tiempo y las reglas que habéis establecido. Nada de remolonear o llamar tu atención, en vez de eso, proponle trucos para que no esté tan nervioso.   Y tú, ¿cómo consigues que se vaya a la cama? ¿es de los que se duerme enseguida o remolonea mucho? ¿Cual es la anécdota más divertida que habéis hecho para conseguir que se durmiera? Me encantará conocer tu opinión. ¡Déjame tus comentarios más abajo!]]>