Nosotras pensamos que el respeto a los demás es la clave para vivir una vida más plena. Por eso, te dejamos este cuento que hemos diseñado especialmente para trabajar hoy en el día internacional de la tolerancia .

Lili y los peces de colores

Lili era un chica que le encantaba mirar peces en el puerto. Solía pasarse horas contemplándolos y hablando con ellos. Tenía la esperanza de que algún día, ellos pudieran hablarle a ella también de sus cosas. Sólo sus peces podrían entenderla porque… ¿Quién iba a comprender todo lo que pasaba por su cabeza?   Estaba claro que era diferente a los demás: le gustaba el futbol, sabía mucho de peces (pero cada vez que hablaba de ello, le miraban raro) y no era la que mejor sacaba notas de su clase (no se fueran pensar que era un empollona o todo lo contrario, podía fallar una pregunta y los demás se rieran de ella). Un día, llegó Víctor, niño nuevo alto y bastante extrovertido. A Lili le encantaba estar con él, era muy divertido y escuchar sus historias era lo mejor que le pasaba en el día, conectaron enseguida.Muchas veces quedaban después del cole y a veces él hacía de portero y otras ella. El problema es que no siempre era amable con Lili, siempre sucedía cuando pasaban mucho tiempo juntos y los demás les veían. En ese momento, todos decían: Lili y Víctor son ahora los enamorados, que se quieren con el corazón. Ahí, Víctor dejaba su buen humor y de estar con ella. Además, cambiaba totalmente y comenzaba a molestar a los demás: que si cuatro ojos, que si eres eres un spaguetti, que si eres más torpón… Era como si no se diera cuenta de lo mucho que esos comentarios herían a los demás, y en concreto a Lili porque él dejaba de hablarla, sobretodo en público. Así que harta de esa situación, fue a pedir consejo a los peces: – Quizás lo mejor es que te alejes– sentenció uno de ellos- Te mereces amigos que quieran estar contigo siempre, no sólo a veces. – Amigos que te ayuden cuando estás triste y con los que puedas hablar. -dijo otro- Los verdaderos amigos siempre siempre te escuchan y están a tu lado – Tenéis razón, no está bien que se burlen de mi o que sólo me salude a veces. El plan hubiera ido viento en popa si no llega a ser porque Víctor empezó a quedarse solo y hasta los más pequeños se metían con él. Pasaba los recreos escondiéndose. Resulta que a Lili no era a la única que no le gustaba esa forma de relacionar de Víctor y estaba aislado en el recreo… Así que conmovida por la escena Lili se acercó y le preguntó si quería jugar con él pero sólo con una condición: – Los verdaderos amigos no se ríen de los demás, no te molestan o son groseros con sus amigos. Te voy a pedir que la próxima vez que te pase eso, trates de controlarte y pienses en los demás y en lo que a ti te sucedería si dijeran eso de ti. Hay bromas que dejan de serlo cuando hieres a alguien. Estoy de acuerdo en que los comentarios que nos hacen cuando estamos juntos. Sin embargo, combatirlos metiéndote tú con ellos, no soluciona el problema, lo empeora.   Yo te daré una segunda oportunidad y estoy segura que los demás también, pero tienes que dejar de ser así. Ser diferente no es el problema, molestar a los demás sí. ¿No te lo pasas mejor cuando estamos todos juntos? Es posible que no sean como tú o que no te caigan bien por algo, pero seguro que a ellos les puede pasar lo mismo contigo. Si quieres que los demás no te aparten, no apartes tú tampoco.   Y ¿qué creéis que pasó? ¿los demás le dieron la oportunidad? ¿Esto le sirvió a Víctor para cambiar? El final lo pones tú y tu hijo y si quieres, no dudes en dejarnos un comentario para saber cómo termina este cuento.]]>