Todos mentimos y nos equivocamos pero eso no lo hace más fácil. Si eres de las que siempre has promovido la honestidad en casa ¿por qué parece que la ha perdido? Dejarte llevar por el sentimiento de enfado o traición, sólo te llevará a no encontrar la solución a sus mentiras. Más allá de castigos, es importante que aprendan de sus errores. Si sigues poniéndole etiquetas de que miente o castigos, no va a cambiar. Por eso, es importante que sigas nuestros consejos:
- Cálmate durante unos minutos para averiguar la causa. Cualquiera de las mentiras que te haya contado tiene que ver con algún miedo o problema que necesita resolver: quizás no quería estudiar, se ve incapaz de superar el curso, tiene miedo a tu reacción o al castigo… Cualquiera que sea la causa, es importante que tú la conozcas y él te la cuente. Si ve que te enfadas demasiado, sólo reforzarás su hipótesis de que es mejor esconderlo.
- Empaliza y sé proactivo: Empatiza con las causas que le llevaron a actuar de esta forma pero al mismo tiempo trata de conseguir que reflexione sobre ello. De esa forma, la próxima vez que tenga un problema similar, sabrá que la mentira no es un modo adecuado para resolver nada. Es importante que no se sienta más culpable de lo que debe estar y este a la defensiva o tenga un papel victimista. Cuando uno comete un fallo, hay que buscar solucionarlo. Por tanto, no te enfades hasta el punto de no volver a hablar con él, justamente lo que más necesita es hablar.
- Evita castigos o reproches y fomenta las consecuencias.
Pedir perdón está bien pero no basta sólo con eso, debe enmendar el daño. Así que empieza por proponerle que piense en que cambios va a realizar para arreglar la situación actual. Por ejemplo, quizás sólo ha mentido con matemáticas porque veía que no acaba de entenderlo y le cuesta pedirte ayuda. Por un lado, trata de que él solucione el problema de su mala nota: ¿Va a ir a una academia? ¿un profesor? ¿va a recurrir a un amigo para que se lo explique? ¿o va a dedicarle una hora más a estudiar mates?. Y por otro lado, debe pensar en algo para ganarse tu confianza. Por ejemplo, quizás pasar algo más de tiempo contigo el fin de semana o tener algún detalle que de otra forma no tendría. De esta forma, además del arrepentimiento consigues que la relación con tu hijo progrese sin necesidad de castigarle tú y así no tendrá miedo a tu reacción.
- Sé el modelo: ¿Estás segura de que no le has mentido nunca o has promovido que mintiera por ti? Según cómo enfoques tus problemas, él también lo hará. Comentarios para protegerlo o mentiras “piadosas” como “has tenido una incidencia pero no se lo diremos a tu madre o a tu padre” sólo va a fomentar que él haga lo mismo contigo.
