En el verano, la mayoría de la diversión parece que la ofrece el adulto: las colonias, los campamentos, ir de viaje… Tu hijo/a espera que le sorprendas por el verano y a ser posible tener extraescolares como en el invierno, pero ¿qué pasa si no puedes permitirte que esté todo el rato entretenido? Quizás el problema no sea el aburrimiento, sino el modo en que se enfrenta él/ella… Puede que pienses que va a ser un desastre y posiblemente al principio lo sea o quizás que tu hijo/a te sorprenda y no lo sea. Porque aunque no te lo creas, tus hij@s son más felices y creativ@s cuando tú no estás dirigiendo su actividad. En ese momento, te puedes dar cuenta que no necesitan nada extraordinario porque pueden convertir cualquier cosa en algo insuperable.Sin embargo, eso sólo será posible si dejas que fluya libremente y no estás diciendo cuándo y cómo tiene que jugar. En el estudio tenemos tanto juegos comprados como juegos hechos por nosotros mismos o incluso le damos una vuelta a los juegos tradicionales en los que mantenemos la esencia de los juegos adaptándolos a las necesidades de cada niño/a como nuestra famosa oca preguntona o donde envíamos a los cuentos tradicionales a juicio y aprendemos a argumentar ¿Por qué? Porque en el momento que ha jugado con todo, surge el mirar a su alrededor y desarrollar una forma nueva de sacarle partido a ese juguete sin las normas que ya han establecido los adultos. Un mismo juego puede tener múltiples usos. Por tanto, permítele que en el verano haga concursos de saltar bancos o monte un teatrillo improvisado o haga guerras con las mangueras (aunque no tenga bañador de recambio) porque la piscina se ha quedado pequeña. Todo vale. Seguramente te suene algo descabellado pero ¿no eran tus veranos así? Esos en los que te daban un bocata para ir a cenar y el resto del tiempo estabas con una pandilla y tus padres no te veían en todo el día y tenías un montón de cosas que contar. No obstante, este es un reto más para ti que para tu hijo/a porque eres tú la/el que vas a sufrir, vas a estar más pendiente y vas a mirar por el rabillo del ojo esperando a que pase algo para que vuelva a estar a tu lado, un lado seguro donde sabes que nada le va a pasar. Te dirás que los tiempos han cambiado, que no es cómo antes, que cualquiera limpia eso o que no sabrá hacer amigos y se quedará solo/a … Dandote excusas para disfrutar de él/ella pero lamentablemente el consejo estrella para combatir el aburrimiento es dejándoles libres y animándoles a que descubran el mundo. Sobretodo porque sino te encontrarás que con quince años tu hijo/a se quedará en casa en la play solo en lugar de tener planes con amigos/as y ser autónomo/a. Y tú, ¿qué haces cuando tus hijos/as se aburren? Nosotras nos hemos unido al #retrosummer2015 de Nuria Perez de Sparks and Rockets para que el verano sea la vuelta a la esencia.]]>
Cómo conseguir que tu hijo no se aburra por el verano
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