jóvenes también lo están y necesitan tanta ayuda como los demás en ese período vital en el que parece que aunque tenemos toda la libertad del mundo, no estamos seguros de que esperas de la vida o la vida no está saliendo “según nuestros planes” y estamos confusos. Por eso, me gusta la protagonista de la historia de hoy. Ella sabía que tenía problemas, pero no era consciente de cuáles eran y aunque no fue ella la que se atrevió a llamarme, si fue la que vino a mi estudio y rompió con todos los miedos que le impedían tener una vida en el que reinara el optimismo y pudiera ser ella misma ante los demás. Muchas veces no le apetecía salir o actuar de una determinada forma por el que dirán, así que al final se había quedado sola y atrapada en una vida que no le gustaba, y estaba decidida a cambiarla, aunque no supiera exactamente por dónde comenzar. Fue un proceso complicado para ella, recuerdo proponerle tareas y sus “noes” por delante ante cada una de mis propuestas porque ¿Qué pensarían los demás? A veces ponemos la excusa de los demás y del mundo para no afrontar ciertas situaciones, cuando en realidad somos nosotros mismos los que tenemos miedo a atrevernos a cambiar. Pasado un tiempo comprendí que aunque cuestionaba cada uno de mis planteamientos, al final acababa aceptándolos y superando todos los retos que le proponía. Recuerdo que solía preguntarme por las puertas que aún le faltaban por descubrir, porque con cada sesión había una mejoría y se comprendía más a ella misma, por eso no era capaz de visualizar el final. Y es que el trabajo del psicólogo es acompañar y preparar a las personas para abrir esas puertas y no anticiparnos antes de tiempo. Probablemente hubiera sido más sencillo explicarle y darle las respuestas que buscaba desde el comienzo, pero de ese modo no hubiera aprendido nada y el objetivo es que ella tuviera la valentía de hallar esas respuestas. Ha sido increíble estar a su lado y ver cómo recomponía su vida y superaba sus miedos, su ansiedad y su inseguridad ante los demás, pero sobre todo ante ella misma. Sin más, os dejo con su opinión: “Mi experiencia en el estudio…no ha podido ser más positiva; Nuria ha logrado que confíe en mí, y sobre todo, que me valore. He superado mis miedos y mi bote de recursos y yo estamos listos para detectar y combatir cualquier pensamiento negativo que se atreva a aparecer. Gracias, Nuria, por los empujones a tiempo, por la paciencia, y por haberme hecho ver la luz al final del túnel, aunque suene a película, ahora ya no tengo careta…:) No ha sido fácil, pero ha merecido la pena! Sin duda recomendaría a cualquier persona que se sienta perdida que visite Ayudarte Estudio de Psicología, Nuria es un ejemplo a seguir y una profesional admirable.” Lo único que puedo añadir es gracias a ti, gracias por confiar en mí desde el principio, por tu honestidad y tu simpatía, echaré de menos nuestras sesiones y “poner tu mundo del revés”. Como siempre te decía, ojalá sea un comienzo que no tenga fin 😉 Y ahora me encantaría saber tu historia, ¿Cuál es tu final feliz?]]>