Sabes la teoría: no se debe gritar a los niños, hay que tratarles con respeto… Pero se convierte en una misión imposible después de 6 horas con ellos o una vez que has tenido un largo día lleno de tensiones en el trabajo. Es lógico que toda esa tensión acumulada necesita que la descargues pero no la pagues con los que más quieres. La solución de que te obedezca no son ni los gritos ni enfadarse de forma desproporcionada y hoy te doy 3 claves muy útiles. evitar enfados padres

  • Echar la culpa al estrés de nuestro día o la cantidad de tareas que asumimos no es razón suficiente para perder la paciencia. Tú eres la persona que tiene que mantener el control. Para recuperarlo te propongo que empieces por la parte más difícil : Reconoce tus limitaciones. Ser una Supermamá, Supertrabajador, Superesposa,Supercocinera, Supermaestra… Son trabajos que has ido asumiendo, si puedes, trata de encontrar ese tiempo de calidad, si no sabes qué hacer en ese tiempo, te recomendamos el artículo 3 juegos de 15 minutos para mejorar el tiempo en familia que escribimos para Sindeberes o 4 consejos para exprimir al máximo el tiempo con tu hijo . Tanto tú cómo tu hijo necesitáis ese tiempo, un tiempo exclusivo para ti y otro para los dos ¿Cuánto tiempo te dedicas a mimarte desde que eres madre o padre? ¿Qué te gusta hacer? Si, se que estarás pensando que no puedes permitírtelo pero a veces es necesario para no pagar tu mal humor con los que tienes a tu alrededor.
 
  • Deja de imponer tu criterio constantemente: Es importante marcarse unos objetivos educativos y en ciertos casos sacrificar otros que en ese momento no son tan prioritarios. A veces, gastamos las mismas energías en que se vista con esa camiseta que nos encanta como que haga los deberes. ¿Quién quiere vivir en una casa que es una constante batalla campal? Sin darte cuenta consumes mucha energías en preocuparte por esas pequeñas batallas .  Por ejemplo, quieres compartir más tiempo en la mesa para charlar todos, pero al mismo tiempo, debe participar en las conversaciones, estar quieto, no ver la tele y que no se muerda las uñas porque está nervioso. Hay que ceder, si el objetivo es compartir tiempo en la mesa ¿qué más da si en ese momento se muerde las uñas? Ya corregirás ese comportamiento en otro momento.
evitar enfados padres
  • No proyectes tus valores o expectativas: Te gustaría que tuviera determinados como tú los tenías: cuadernos con una buena caligrafía, puntualidad, que se duchara en los vestuarios en vez de en tu casa… Buenas habilidades o hábitos que te pueden parecer útiles porque para ti son necesarios, pero quizás él no los comparte. Desde el estudio, veo padres preocupados en que su hijo “sea más curioso” con los cuadernos cuando el profesor no ha dicho nada o incluso cuando saca muy buenas notas. Obsesionarse por tantos detalles y borrarle un ejercicio para que entienda que debe esforzarse en eso, no te va a permitir disfrutar de estar con tu hijo. Si no le ha causado problemas ¿por qué generarlos tú?  Ni vive en un momento ni en una situación parecida, así que no pretendas que piense como tú en determinados momentos aunque creas tener razón. Es importante que te pares a pensar si en ese momento es más importante querer enseñarles lo que a ti te inculcaron o lo que él le piden. Debes de darte cuenta que no va aprender y compartir  todos tus valores y por eso es importante priorizar para tener una buenas relaciones con los demás y tener una buena salud.
 
  • No entres en un bucle vicioso. Muchas veces ante la negativa de tu hijo a hacer algo, tú empiezas a dar justificaciones y al final hasta te olvidas sobre que se estabas discutiendo. Todo ello, acaba generando irremediablemente que ambos perdáis el control. Para evitar ese bucle, utiliza técnicas asertivas para salir de él (de las que te hablamos en Ayudar con la asertividad a tus hijos y a nosotros). Hoy te proponemos otra especialmente efectiva: La técnica para procesar el cambio, que consiste en que si cuando tratas de hablar sobre un problema ( por ejemplo, tienes que estudiar mates) ,ves que tu hijo cambia a otro tema, (por ejemplo, que está harto de que le exijas cosas, que nunca puede jugar, que nunca se puede divertir…) Vuelve a centrarle en el tema por el que habías empezado a hablar con él Por ejemplo: Sé que estás enfadado pero no estábamos hablando de tu tiempo libre, te he pedido que hagas los deberes. Si quieres cuando termines los deberes hablamos de ello.
  Y ahora, me encantaría saber tu opinión, ¿con qué temas sueles perder más el control? ¿Qué técnicas son efectivas para conseguir no gritar a tus hijos?]]>

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