Conocer en una charla a Joan Miró, coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor Infantil de la Sociedad Española del Dolor (SED), me sirvió mucho para darme cuenta de una realidad desconocida para muchos profesionales de la salud. No es de extrañar mi ignorancia sobre el tema, ya que apenas existen investigaciones sobre cómo detectar e intervenir el dolor crónico en la infancia. Tal y como afirmó Joan en su charla “Los veterinarios reciben 5 veces más formación sobre el dolor que los médicos”, así que imaginaros los psicólogos. Sin embargo, una de las cosas que más repito en el estudio es que todos somos una pieza clave para solucionar el problema tanto padres como expertos. Un problema que hoy por hoy afecta a un tercio de la población infantil y que si no se soluciona a tiempo puede afectar gravemente al bienestar emocional y social a lo largo de toda su vida. Por eso, te doy unos sencillos consejos que quizás puedas tener en cuenta: ayudarte estudio psicologia gijon Deja de menospreciar a tu hijo cuando hable del dolor y su intensidad, ya que lo único que conseguirás es que deje de contártelo la próxima vez si realmente lo sufre y en muchos casos deje de salir a la calle, practicar deporte o incluso ir a la escuela. A veces, pensamos que la razón principal por la que un niño se queja de algo es para evitar ir al colegio, pero en un tercio de los niños la queja es porque sienten dolor crónico.   Acude a un especialista o varios: Si un niño en repetidas ocasiones dice que le duele algo, quizás es porque tenga algo y deba ir a un profesional. Si dicho profesional dice que no tiene nada, pero el niño se sigue quejando quizás es necesaria una segunda opinión para poder descartar el diagnóstico de dolor crónico u otro problema. Un niño que sufre dolor rara vez se queja, tú conoces a tu hijo y si le sigue doliendo es posible que tenga algo y no sea cuento como algunos padres creen. Referente a esto, siempre comento en el estudio cuando a mí me diagnosticaron asma porque ese día recuerdo como el médico que me atendió en urgencias riño muchísimo a mi madre por no haberme llevado antes al hospital. Sin embargo, mi madre me había llevado al pediatra y éste, con toda su buena fe, había descartado que tuviera nada, él lo atribuía a que no sabía sonarme bien los mocos o era un catarro mal curado. ayudarte estudio psicologia gijon Observa su comportamiento: Hay ciertas señales que pueden ayudarte a saber si tu hijo tiene dolor crónico. A continuación te pongo ejemplos de aspectos pueden hacerte sospechar que tiene un comportamiento fuera de lo habitual:

  • si notas que está apagado y no está tan activo como solía estar
  • le ves más irritado de lo normal
  • frunce el ceño o hace muecas muy a menudo
  • le cuesta descansar cuando duerme
  • tiene cambios en su apetito
  • protege alguna parte del cuerpo
  • utiliza más una pierna o un brazo que otro sin ningún motivo.

Mejora su expresión y sus tabús: En muchas ocasiones, hay niños que no hablan con sus padres acerca de cómo se sienten ni de sus emociones, sólo lo hacen en raras ocasiones. No porque no quieran sino porque les cuesta hablar de ello o temen que los demás puedan pensar que son unos quejicas o unos débiles. Esa es una de las causas por las que algunos niños acaban sufriendo el dolor en soledad. Es increíble lo que los niños pueden llegar a aguantar tanto dolor, dicen que si nos salieran los dientes a la edad adulta no lo soportaríamos y sin embargo ellos, con tal de estar jugando lo afrontan como pueden y sin duda no se quejan tanto como lo hacemos los adultos. Por tanto, hace más complicada la valoración en niños.

 

Sin embargo, a veces dicho dolor crónico no empieza porque en la infancia se haya sufrido esta enfermedad. Si eres adulto y has empezado a sufrir esta enfermedad ahora puede que sea, entre otras razones, porque:

  • En tu infancia has experimentado sucesos que han sido traumáticos para ti.
  • Has sufrido ansiedad o depresión. El estrés tiene un impacto directo en el sistema endocrino responsable del dolor crónico y trastornos mentales.
  • Mal comportamiento en la infancia o adolescencia. Tal y como concluye un estudio realizado en el 2010 por la Universidad de Aberdeen . Dicho estudio demostraba que los niños que tienen mala conducta de forma reiterada tienen el doble de posibilidad de desarrollar dolor crónico a partir de los 45 años.

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