A lo largo de nuestra vida, seguramente, hemos vivido momentos donde nuestra habla no fue lo fluida que esperábamos, bien porque estábamos nervios@s o porque un gran público o gente desconocida nos clavaba la mirada a la espera de nuestro discurso. No por ello somos personas con tartamudez o disfemia, sino que nuestra fluidez del habla depende en numerosas ocasiones de cómo nos sentimos (cansados, nerviosos, inseguros…). Pero… ¿Y qué pasa si de repente nuestro hijo/a de 3 años empieza a tartamudear? ¿Significa que ya tiene disfemia y siempre va a hablar así? Nuestra respuesta es, ¡Estar tranquil@s pero en alerta! Al igual que las personas adultas, l@s niñ@s pueden realizar “tartamudeos” sin ser por ello una persona disfémica. Primeramente tenemos que observar que clase de “tartamudeos” (disfluencias) realiza. ¿Realiza repeticiones de la primera sílaba, del primer sonido o de una palabra?, ¿Se bloquea, no dejando salir el aire de su boca?, ¿Realiza gestos de tensión en la cara o cuello? Existen diferentes tipos de disfluencias, dependiendo de cuales presente el niñ@, nos indicará si estamos ante una  disfluencias pasajeras y evolutivas o ante una disfemia (tartamudez)establecida.  Cuando nos referimos a unas disfluencias pasajeras, quiere decir que muchas veces l@s niño@s pasan una época entre los 2 y los 5 años, en la que tienen mucho que decir y su “maquinaria” aún no es del todo madura. Es normal que como familiar no estés seguro/a de qué tipo de disfluencias presenta tu hij@, por lo que te recomendamos que acudas al logopeda para que lo valore. Pero mientras tanto… ¡no te cruces de brazos!, hay cosas que puedes hacer mientras para ayudarle. Por ello te damos estos 4 consejos muy útiles ante cualquier tipo de disfluencia.ayudarte estudio psicologia tartamudez niños infancia

  1. Haz como si sus “tartamudeos” no existiesen. Dale importancia al contenido de lo que dice, no a la forma. Es importante que tu hijo/a se sienta cómodo. Si le damos señales, con comentarios o burlas, de que su habla no va bien, dejará de sentirse cómodo/a, intentará hablar lo menos posible y lo poco que hable lo realizará con inseguridad y miedo a equivocarse, aumentando así la probabilidad de que tenga disfluencias.
  1. Déjale tiempo para hablar sin interrumpirle. Si constantemente le estamos interrumpiendo, intentará hablar más rápido para que nadie le quite la palabra, tendrá que volver a empezar o se frustrará, pensando que lo que va a decir no tiene importancia y esto realmente empeora la situación comunicativa aportando mayor inseguridad. ¡Tampoco termines sus palabras o frases! No necesita tu ayuda para decir la palabra, tu hij@ ya sabe qué palabra quiere decir, únicamente necesita su tiempo para pronunciarla.
  1. ayudarte estudio psicologia gijonNo le exijas que hable. Muchas veces obligamos a nuestros hij@s a que hablen de forma forzosa con personas desconocidas, esto provoca inseguridad y miedo, facilitando que aparezcan las disfluencias. Tampoco debemos obligar a repetir una palabra con la que se haya “trabado”, esto no sirve de ayuda.
  1. Dale un modelo correcto. Ya lo dice el dicho, “de tal palo tal astilla”. Si hablamos demasiado deprisa lo más probable es que nuestro hijo/a tome este acto como algo común y copie nuestro estilo comunicativo, y como hemos escrito anteriormente la velocidad y las disfluencias son muy malas compañeras. Debemos darle un modelo de habla más lento y relajado, de esta forma su habla se acomodará a la nuestra, y además de ofrecerle un correcto modelo, le daremos un espacio de confianza y seguridad.

¿Qué te han parecido nuestros consejos? Si aún tienes alguna duda, pregúntanos y te responderemos encantadas.]]>

Pin It on Pinterest

Share This